Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En medio de una intensa competencia en el sector portuario, el Puerto Corío en Arequipa se está posicionando como un potencial rival del Megapuerto de Chancay, que tiene programada su inauguración para la Cumbre APEC 2024. Con una inversión que supera los 7.000 millones de dólares y una capacidad operativa de manejo de hasta 100 millones de toneladas de carga anuales, este nuevo proyecto podría revolucionar la conectividad en la red portuaria del Perú, ampliando significativamente las oportunidades comerciales en la región. Una de las características más destacadas del Puerto Corío es su impresionante profundidad de 28 metros, que le permite recibir embarcaciones de mayor tamaño, superando la capacidad del Megapuerto de Chancay, que tiene una profundidad de 17,9 metros. Esta diferencia en la batimetría se traduce en una ventaja operativa considerable, ya que facilitaría el acceso a naves con hasta 22 metros de calado, lo que podría aumentar la eficiencia en la carga y descarga de mercancías. Esto no solo beneficiaría el funcionamiento del puerto, sino que también podría repercutir positivamente en la economía local y nacional. El Puerto Corío, ubicado en la provincia de Islay, está diseñado como una terminal multimodal, lo que significa que integrará distintos medios de transporte, como la infraestructura terrestre, ferroviaria y aérea. Esta combinación estratégica tiene el potencial de movilizar hasta el 50% de la economía peruana, gracias a las conexiones que permitirá establecer con otros países de América Latina. Este aspecto es fundamental para el desarrollo económico del sur del Perú, que ha buscado durante años una mayor inversión en infraestructura. Sin embargo, a pesar de su atractivo, el Puerto Corío se enfrenta a desafíos que podrían poner en riesgo su desarrollo. La reciente negativa de la Autoridad Portuaria Nacional (APN) a las propuestas del Consorcio HUB Corío ha añadido una capa de incertidumbre sobre el futuro del proyecto. La APN ha manifestado que para considerar un cambio en su criterio de evaluación, el consorcio deberá presentar un hecho tangible que no haya sido evaluado anteriormente, lo que deja a los inversionistas en una posición complicada. El consorcio tiene un plazo de 15 días hábiles para presentar un recurso de apelación, lo que podría ser un hito decisivo para el futuro del Puerto Corío. Mientras tanto, la falta de interés de capitales norteamericanos en invertir en el proyecto ha sido otro de los grandes obstáculos a superar. Este factor es preocupante, ya que la participación de inversionistas internacionales es crucial para la materialización de cualquier proyecto de gran envergadura. Por otro lado, la inauguración del Megapuerto de Chancay, donde se espera la presencia del presidente de China, Xi Jinping, el próximo 14 de noviembre, añade presión al Puerto Corío. La participación de una figura de tal relevancia no solo atraerá la atención internacional hacia Chancay, sino que también podría desviar el interés de posibles inversionistas del proyecto de Arequipa. Este contexto pone de manifiesto la necesidad de que el Puerto Corío no solo cumpla con sus plazos, sino que también aborde sus desafíos con una estrategia clara y eficaz. La competencia entre estos dos puertos no es solo una cuestión de infraestructura, sino que también tiene implicaciones significativas para la economía peruana en su conjunto. La capacidad de los puertos para manejar grandes volúmenes de carga, su conectividad con mercados internacionales y su eficiencia operativa son factores que determinarán no solo su éxito individual, sino también el crecimiento económico del país. En este sentido, el Puerto Corío y el Megapuerto de Chancay están jugando una partida de ajedrez en la que cada movimiento cuenta. Las autoridades locales y nacionales deberán evaluar cuidadosamente los beneficios y riesgos asociados con ambos proyectos. La infraestructura portuaria es un componente vital de la economía moderna, y el desarrollo de puertos competitivos puede significar la diferencia entre el estancamiento y el crecimiento en el comercio y la inversión. En un mundo donde la logística y la eficiencia son clave, la capacidad de Perú para atraer inversión y desarrollar infraestructura portuaria será crucial para su futuro económico. A medida que se desarrollen los acontecimientos en torno al Puerto Corío y el Megapuerto de Chancay, la población y los sectores empresariales estarán muy atentos a los anuncios y decisiones que podrían afectar el rumbo de ambos proyectos. La balanza entre la inversión, la planificación y la implementación efectiva será decisiva en los próximos meses, y la lucha por convertirse en el líder portuario de Sudamérica está lejos de haberse decidido.