
Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.




La situación geopolítica en Oriente Próximo está generando una ola de incertidumbre que impacta directamente en el mercado del petróleo, llevando la mezcla mexicana de crudo a cotizarse cerca de los 70 dólares por barril. Este lunes, el precio del barril de crudo de Pemex se ubicó en 67,01 dólares, lo que representa una leve disminución del 1,39% respecto al viernes, aunque se mantiene en niveles que no se habían observado en meses. Este aumento en los precios del petróleo se ha visto impulsado por el reciente ataque de Israel a instalaciones nucleares y militares en Irán, un país que se encuentra entre los diez mayores productores de petróleo del mundo.
Desde el momento en que se conoció el ataque, los precios del petróleo en el mercado internacional se dispararon, alcanzando incrementos de hasta el 13% en las primeras horas del viernes. Esta escalada de tensiones ha generado un clima de alerta en los mercados que anticipan una posible caída en la oferta de crudo, lo que, a su vez, podría llevar a un aumento de precios adicionales. A medida que los mercados asimilan la situación, las miradas están puestas en cualquier señal que sugiera una desescalada, aunque hasta ahora las noticias no ofrecen certidumbres.
La inquietud en los mercados se intensificó aún más cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, decidió abandonar la cumbre del G-7 en Kananaskis, Canadá, un día y medio antes de lo previsto. Su abrupta salida se atribuye a la creciente tensión en la región, lo que añade una capa más de incertidumbre a la situación. Por otro lado, el precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) experimentó una caída del 1,66% este lunes, cerrando en 71 dólares el barril, a pesar de las señales de que Irán podría estar buscando un alto el fuego con Israel.
Expertos en el sector energético, como Ramsés Pech, advierten que la crisis actual en torno a las energías y la inversión necesaria para cubrir la creciente demanda mundial se intensificará, modificando las dinámicas de producción y comercialización. Este incremento en los precios del petróleo podría beneficiar a Pemex, que ve en este panorama una oportunidad para mejorar sus ingresos, especialmente en un contexto donde la producción interna ha disminuido.
Sin embargo, Pech también señala que es fundamental revisar los precios de referencia de los combustibles, ya que el precio final al consumidor está estrechamente ligado al mercado estadounidense, donde los costos están en aumento. En México, el gobierno ha establecido un tope de 24 pesos por litro de gasolina, lo que obliga a Pemex a absorber parte del costo en caso de que los precios en Estados Unidos sigan en ascenso. Esto implica que, si se prevé un aumento en los precios, la Secretaría de Hacienda podría verse obligada a implementar estímulos para mantener el costo de la gasolina por debajo de ese límite.
A pesar de que México produce, a través de Pemex, un promedio de 1,6 millones de barriles diarios, gran parte de esta producción es utilizada en sus propias refinerías. Esto ha resultado en una disminución significativa de las exportaciones, que, según cifras oficiales, promediaron 648.000 barriles diarios en abril, en comparación con los 687.000 del mismo mes en 2024. La baja en el volumen de exportaciones y en los precios ha afectado negativamente las operaciones de Pemex en el mercado internacional.
En términos de valor, las exportaciones de crudo también han disminuido, alcanzando un total de 1.176 millones de dólares en abril, lo que representa una caída del 24% en comparación con el mismo periodo del año anterior. Este descenso en los ingresos plantea un escenario complicado para Pemex, que depende en gran medida de los ingresos por la venta de petróleo crudo.
En resumen, la crisis en Oriente Próximo está poniendo a prueba la capacidad de Pemex y la economía mexicana para adaptarse a un entorno de precios volátiles en el petróleo. Mientras los mercados continúan evaluando las repercusiones de este conflicto, la pregunta sobre cómo afectará a los consumidores mexicanos y a la economía en general persiste, haciendo que la situación en los próximos días se vuelva crucial para determinar el rumbo que tomarán los precios de los combustibles. La incertidumbre, por tanto, no solo afecta a las cifras en los mercados, sino que también se traduce en una preocupación palpable para los ciudadanos que podrían ver impactados sus bolsillos.
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