El conflicto entre Israel e Irán sacude el precio del petróleo y deja en vilo a los consumidores

El conflicto entre Israel e Irán sacude el precio del petróleo y deja en vilo a los consumidores

Los precios del barril de Brent, el crudo de referencia en Europa, dejan atrás los máximos de 78 dólares que alcanzaron el viernes sin rumbo claro ante la incer

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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El conflicto entre Israel e Irán ha generado un verdadero temblor en los mercados internacionales, especialmente en el sector energético. En las últimas semanas, el precio del petróleo Brent, que es el crudo de referencia en Europa, ha experimentado fluctuaciones dramáticas. En un primer momento, el barril se disparó más de un 13%, superando los 78 dólares, tras los ataques ordenados por el Gobierno de Benjamín Netanyahu. Sin embargo, esta escalada fue seguida de una caída del 7%, cerrando la última sesión en un inquietante precio de 72 dólares. Este vaivén de precios ha dejado a los consumidores en un estado de expectación, a la espera de saber cómo se verá afectado su bolsillo a medida que el conflicto se desarrolla.


A pesar de la tensión que rodea a la región, los expertos parecen mantener un optimismo cauteloso. Algunos analistas, como Gilles Moëc, economista jefe de AXA, consideran que el riesgo de una crisis petrolera profunda es “controlable”. La clave radica en la postura que adopten los países del Golfo, en especial Arabia Saudí, así como en el mantenimiento del flujo de petróleo a través del estratégico estrecho de Ormuz. Un cierre de esta vía podría resultar devastador no solo para la economía global, sino también para Irán, que vería amenazada su propia supervivencia.


La naturaleza de los ataques entre Israel e Irán sugiere un intento de evitar la implicación de terceros actores, como Estados Unidos o los países del Golfo, lo que podría desatar una escalada más significativa del conflicto. Esto es un punto positivo en medio de un escenario bastante inestable, ya que tal escalada podría tener repercusiones severas en el precio del petróleo a nivel global. Según S&P Global, un aumento del petróleo podría beneficiar a la región, siempre y cuando la producción se mantenga y las rutas comerciales permanezcan operativas.


Sin embargo, el riesgo de que Israel ataque las infraestructuras petroleras iraníes aún persiste. Aunque hasta ahora los ataques han estado dirigidos a instalaciones nucleares y militares, cualquier daño a la producción de petróleo podría afectar al 3,5% del suministro mundial. George Brown, economista sénior de Schroders, argumenta que, dado el enfoque actual de Israel, una interrupción significativa de la producción petrolera podría ser limitada, lo que ofrece un respiro a los mercados.


Las proyecciones de las casas de análisis como Goldman Sachs presentan dos escenarios distintos según cómo se desarrolle el conflicto. En un primer escenario, en el que no hay interrupciones significativas en el suministro, se espera que el precio del petróleo se modere a un rango de entre 55 y 59 dólares por barril hacia el cuarto trimestre de este año. Por otro lado, si hubiera daños a la infraestructura de exportación iraní, el precio podría dispararse por encima de los 90 dólares en el corto plazo, un cambio que impactaría directamente en los consumidores.


Desde la Asociación de Operadores Petrolíferos (AOP) se señala que, a pesar de la crisis, el mercado está bien abastecido, lo que ha mitigado el impacto de las tensiones recientes en los precios del combustible. Algunos analistas sugieren que, si la incertidumbre geopolítica afecta la demanda, el sobreabastecimiento podría aumentar, incluso en medio de la crisis. Esto podría resultar en una situación donde el consumidor no sienta tan drásticamente el impacto en el precio del combustible en las gasolineras.


Por otro lado, es importante destacar que el precio final que los consumidores ven en el surtidor depende de múltiples factores, no solo de los precios del crudo. La cotización internacional de materias primas refinadas, así como el costo de distribución y transporte, juegan un papel crucial. Además, los impuestos aplicados al combustible también influyen en el precio final que paga el consumidor.


La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), por su parte, ha mantenido su previsión de consumo mundial de petróleo en 105 millones de barriles diarios para este año, y ha elevado ligeramente la cifra para el próximo año a 106,28 millones de barriles, lo que sugiere que, hasta ahora, la demanda se mantiene estable a pesar de las turbulencias del mercado.


Con todo, el futuro del precio del petróleo y su impacto en el consumidor dependerá en gran medida de la evolución del conflicto entre Israel e Irán y de cómo respondan los actores clave en la región. A medida que la situación avanza, los consumidores deben estar preparados para cualquier eventualidad que podría afectar la economía cotidiana, especialmente en lo que respecta al costo de llenar sus depósitos. La incertidumbre es palpable, y el mercado del petróleo parece estar en una encrucijada que podría determinar su rumbo en el corto y mediano plazo.

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