Conflicto por aranceles de Trump genera incertidumbre en comercio estadounidense

Conflicto por aranceles de Trump genera incertidumbre en comercio estadounidense

Los demandantes subrayan que los miembros del Gabinete contradicen sus alegaciones en sus declaraciones públicas

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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El conflicto sobre los aranceles impuestos por la administración de Donald Trump continúa siendo un tema candente en el ámbito judicial y económico de Estados Unidos, con implicaciones significativas para la política comercial del país. Actualmente, el Tribunal de Apelaciones de Washington se encuentra evaluando si debe mantener la suspensión provisional de los aranceles que fueron declarados ilegales por el Tribunal de Comercio Internacional (TCI) en mayo. Esta decisión podría cambiar drásticamente el panorama comercial del país y la relación de Estados Unidos con sus socios internacionales.


El Gobierno de Trump argumenta que la anulación de estos aranceles, que afectan principalmente a importaciones de Canadá, México y China, tendría consecuencias devastadoras para la economía estadounidense. En su alegato presentado, sostiene que tal decisión no solo debilitaría la posición negociadora del país, sino que también incentivaría a otras naciones a adoptar posturas más agresivas en las negociaciones comerciales. Sin embargo, los críticos apuntan que han sido precisamente los aranceles los que han causado estragos en la economía, encareciendo productos y afectando a los consumidores.


Los aranceles en cuestión fueron impuestos en el marco de la estrategia de Trump para abordar temas como el fentanilo y la inmigración, pero los demandantes, que incluyen un grupo de empresas y varios estados demócratas, argumentan que son el resultado de un abuso de poder por parte del presidente. Aseguran que la decisión del TCI de anular estos aranceles es una reafirmación de los límites que el Congreso ha establecido sobre las facultades del presidente en materia de comercio.


En el corazón de este debate se encuentra la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA), que Trump utilizó para justificar la implementación de los aranceles. Sin embargo, el TCI dictaminó que el uso de esta ley en este contexto excede la autoridad que el Congreso le ha delegado al presidente, un argumento que los demandantes han enfatizado en sus alegaciones ante el tribunal. Esta discrepancia entre la perspectiva judicial y las afirmaciones del Gobierno plantea serias dudas sobre la legitimidad de las acciones de la administración.


Además, el Gobierno ha presentado una serie de contradicciones en sus argumentos. Mientras que ante el tribunal defiende la necesidad de mantener los aranceles para proteger la economía y la seguridad nacional, en declaraciones públicas altos funcionarios de la administración han afirmado que aún existen otras vías legales para imponer aranceles. Esta inconsistencia ha sido señalada por los demandantes como una debilidad en la estrategia del Gobierno y un indicativo de que las razones esgrimidas para mantener los aranceles son más políticas que legales.


La situación se complica aún más con el tiempo, ya que la suspensión actual de ciertos aranceles expira el 9 de julio, lo que significa que el tribunal tendrá que tomar una decisión en un marco temporal muy limitado. Si se anulan los aranceles, Trump ya ha anticipado que recurrirá al Tribunal Supremo para intentar restaurar su autoridad arancelaria. Esta posibilidad genera un nuevo nivel de incertidumbre en las relaciones comerciales de Estados Unidos, justo en un momento en que se están llevando a cabo negociaciones delicadas con varios socios comerciales.


Los estados demandantes, liderados por Nueva York, han sido contundentes en su postura, destacando que la administración Trump no solo ha sobrepasado sus límites, sino que también ha perjudicado la economía de los ciudadanos estadounidenses. Argumentan que la anulación de los aranceles no solo es legalmente justificada, sino que también es una medida necesaria para restablecer un equilibrio en las relaciones comerciales internacionales y proteger a los consumidores de precios inflados.


Por otro lado, el Departamento de Justicia ha argumentado que el daño económico causado por la anulación de los aranceles sería irreparable, sugiriendo que la influencia del presidente sobre las negociaciones internacionales depende, en gran medida, de la existencia de estos gravámenes. Sin embargo, esto se contradice con las declaraciones de varios miembros del gabinete, quienes han manifestado que la administración todavía tiene herramientas disponibles para manejar la política comercial, aunque los aranceles actuales sean eliminados.


La decisión que tome el Tribunal de Apelaciones de Washington no solo afectará la economía estadounidense a corto plazo, sino que también sentará un precedente crucial sobre los límites del poder presidencial en materia de comercio. En un contexto donde la economía global sigue enfrentando desafíos, los desenlaces de este litigio podrían tener un impacto duradero en la forma en que Estados Unidos interactúa con el resto del mundo en términos comerciales y económicos. La tensión entre la necesidad de proteger la industria nacional y la obligación de respetar las normativas legales y constitucionales se ha convertido en el epicentro de este debate, que promete seguir desarrollándose en los próximos meses.

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