Canadá retira la tasa a las grandes tecnológicas para calmar a Trump y volver a la mesa de negociación de un acuerdo comercial

Canadá retira la tasa a las grandes tecnológicas para calmar a Trump y volver a la mesa de negociación de un acuerdo comercial

El presidente estadounidense suspendió las conversaciones el viernes pasado y amenazó con imponer nuevos aranceles si Ottawa no reconsideraba su postura

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Economía y Finanzas HACE 23 HORAS

La reciente decisión del nuevo primer ministro canadiense, Mark Carney, de retirar un impuesto a las grandes empresas tecnológicas de Estados Unidos ha sido un movimiento estratégico para calmar las tensiones comerciales con la administración de Donald Trump. Este anuncio, realizado el domingo por la noche, se produjo en un contexto de creciente fricción entre ambos países, que son socios comerciales clave. La medida busca facilitar la reanudación de las negociaciones hacia un acuerdo comercial, luego de que Trump amenazara con dar por terminadas las conversaciones debido a la inminente aplicación de dicho impuesto.


El impuesto, que se proponía gravar con un 3% los ingresos obtenidos por gigantes tecnológicos como Amazon, Apple y Google en Canadá, se convirtió en un punto de conflicto significativo. Trump, en su estilo directo y a menudo confrontativo, no dudó en calificar esta medida de "ataque directo y flagrante" a los Estados Unidos, sugiriendo que Canadá estaba simplemente imitando políticas implementadas por la Unión Europea, que también busca regular la economía digital.


La presión ejercida por Trump fue suficiente para cambiar el rumbo de las negociaciones. El anuncio del presidente estadounidense en su red social, Truth, donde afirmaba que las conversaciones estaban "terminadas", generó un sentido de urgencia en Ottawa. La rápida respuesta de Carney, que decidió retirar el impuesto, refleja la complejidad de las relaciones comerciales entre Canadá y Estados Unidos, así como la influencia que la política estadounidense puede tener sobre su vecino del norte.


La retirada del impuesto permitirá que ambas partes reanuden las conversaciones con la esperanza de llegar a un acuerdo antes del 21 de julio, como se anunció oficialmente. Este desarrollo sugiere que, a pesar de las diferencias, existe un interés mutuo en mantener un lazo comercial robusto, vital para las economías de ambos países. Sin embargo, la incertidumbre sigue siendo palpable, ya que el nuevo acuerdo comercial que se espera podría modificar significativamente las reglas del juego.


Cabe recordar que las tensiones arancelarias han sido una constante en la relación entre Canadá y Estados Unidos desde que Trump asumió la presidencia. A principios de este año, Trump impuso aranceles sobre el aluminio y el acero, lo que generó una respuesta enérgica de Canadá, que ha buscado proteger sus propios intereses económicos a pesar de las amenazas. Este ciclo de imposiciones y represalias ha motivado a ambos países a buscar formas de evitar una escalada que podría ser perjudicial para ambos lados.


El contexto político interno de Canadá ha sido otro factor que ha influido en esta decisión. Mark Carney asumió el liderazgo del partido Liberal en medio de un clima de incertidumbre. Su éxito en las elecciones se ha visto, en parte, facilitado por las presiones externas ejercidas por la administración Trump, que han ayudado a cambiar la percepción pública hacia los conservadores canadienses y sus propuestas económicas.


Desde que el presidente Trump volvió al cargo, su estilo de negociación ha dado lugar a un ambiente de desconfianza y confrontación, que ha llevado a acciones tanto de Canadá como de México en respuesta a las políticas comerciales de Estados Unidos. La relación entre estos tres países, que se basa en un tratado de libre comercio, ha experimentado un cambio dramático, y la pregunta de cómo se desarrollarán las próximas negociaciones sigue en el aire.


Además, Carney ha comenzado a establecer una relación más cordial con Trump, lo que se evidenció en su visita al Despacho Oval en mayo. Este tipo de interacciones personales puede ser crucial en la política internacional, donde la química entre líderes puede influir en el rumbo de las negociaciones. La gestión de estas relaciones se vuelve fundamental en un momento en que los intereses comerciales de ambos países están en juego.


A medida que se acercan las nuevas negociaciones, será interesante observar cómo se desarrollan estas dinámicas y qué propuestas se traen a la mesa. La eliminación del impuesto a las grandes tecnológicas podría ser solo el primer paso en un largo camino hacia un acuerdo comercial que beneficie a ambas naciones, pero también plantea interrogantes sobre cómo se abordarán temas más amplios relacionados con la regulación de la economía digital y la competencia leal.


En última instancia, la decisión de Carney de retirar el impuesto puede ser vista como un movimiento pragmático para evitar una escalada en las tensiones y asegurar un marco de cooperación que beneficie a ambos países. Sin embargo, los desafíos que enfrentan en la modernización de sus acuerdos comerciales son significativos, y solo el tiempo dirá si estas negociaciones culminarán en un pacto beneficioso para las partes involucradas.

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