Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
La presidenta de Caja Arequipa, María Pía Palacios, ha puesto de manifiesto la creciente preocupación por el impacto de la inseguridad en el sector de microfinanzas en Perú. En una reciente entrevista, Palacios reveló que aproximadamente el 50% de la cartera de microcréditos de la institución se ve afectada por casos de extorsión, lo que ha llevado a una alarmante crisis en el flujo de ingresos de los microempresarios. Esta situación ha llevado a que las evaluaciones de riesgo se compongan cada vez más de este factor, dificultando la capacidad de pago de los emprendedores. La inseguridad no es un problema aislado, sino que se ha convertido en una realidad transversal que afecta a todos, particularmente a los microempresarios que, en su mayoría, son el motor de la economía nacional. Sectores como el transporte, la construcción y el comercio son los más golpeados, y Palacios enfatizó que la respuesta del Estado ha sido insuficiente. “Lo vemos todo el día, día a día, pero desde el Estado no se hace nada”, lamentó, reflejando la frustración de quienes intentan apoyar a los emprendedores en medio de un ambiente adverso. A pesar de los desafíos, la presidenta de Caja Arequipa ofreció una nota de optimismo al hablar sobre la reciente campaña navideña. Aunque el año pasado fue desastroso, desde octubre de este año se ha registrado un aumento significativo en la colocación de microcréditos, alcanzando aproximadamente S/ 830 millones, lo que representa un incremento del 15% en comparación con el trimestre anterior. Palacios estima que la campaña navideña podría cerrar con un 20% más de éxito que el año pasado, lo que sugiere una recuperación gradual dentro del sector. Sin embargo, a pesar de esta mejora, es importante señalar que la morosidad en los pagos ha sido un tema complicado. Palacios indicó que las instituciones financieras han estado comprometidas en limpiar sus carteras, y afirmó que lo peor del año ya pasó. “Estamos atravesando un año de retos constantes, y cada año se presenta un desafío diferente”, comentó, anticipando un primer semestre del 2025 esperanzador, aunque cauteloso respecto a lo que podría suceder en el segundo semestre debido al clima político. En este contexto, la innovación se convierte en un elemento clave para mantener la competitividad. La presidenta subrayó la necesidad de detectar las necesidades de los microempresarios y desarrollar productos específicos para ellos. Un punto crucial es la competencia con el “gota a gota”, un sistema informal de crédito que, a pesar de sus altos costos, es atractivo por su accesibilidad. Palacios destacó que las instituciones financieras deben simplificar sus procesos de acceso al crédito para poder competir efectivamente. La educación financiera también fue un tema importante en la conversación, con Palacios enfatizando que es esencial que los clientes comprendan que “lo barato sale caro”. La creciente popularidad de aplicaciones vinculadas al “gota a gota” ha generado preocupación; la Superintendencia de Banca y Seguros (SBS) identificó 70 aplicaciones con 3.7 millones de descargas, lo que indica un potencial aumento en el uso de préstamos informales. Las intenciones de algunos legisladores de derogar la ley que limita las tasas de interés también han suscitado inquietud en el sector. El futuro del microcrédito en Perú no es solo un asunto de economía, sino también de política. Palacios indicó que la incertidumbre política puede tener un impacto significativo en la forma en que las instituciones financieras operan y pueden apoyar a los microempresarios. La falta de acción concreta por parte del Estado, sumada a la presión de la inseguridad, crea un entorno donde la innovación y la educación financiera deben ser las prioridades para ayudar a los emprendedores a navegar estas aguas turbulentas. A medida que el panorama económico se desarrolla, las instituciones como Caja Arequipa tienen la tarea de adaptarse, innovar y educar. La resiliencia del microempresario peruano, junto con el apoyo adecuado y un entorno más seguro, podría ser la clave para la recuperación y el crecimiento en los años venideros. Sin embargo, para que esto suceda, es fundamental que tanto el sector financiero como el gobierno trabajen en conjunto para abordar los problemas que afectan a las bases de la economía peruana.