
Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.




El viernes fue un día difícil para los mercados financieros, tanto en Estados Unidos como en Europa, con Wall Street sufriendo su peor caída desde mayo tras el anuncio de nuevos aranceles por parte del gobierno de Donald Trump. El S&P 500, uno de los principales índices de la bolsa estadounidense, cayó un 1,60%, equivalentes a 101,60 puntos, cerrando en 6.237,79 unidades. Esta caída se produjo en un contexto donde los inversores ya estaban preocupados por el desempeño del mercado laboral, luego de que se publicara un informe que mostró un aumento en el desempleo y un crecimiento de empleo mucho más lento de lo esperado.
El Nasdaq Composite, un indicador clave del sector tecnológico, experimentó un descenso aún más pronunciado, con una pérdida de 472,78 puntos, lo que representa un 2,24%, cerrando en 20.649,67 puntos. Por su parte, el Promedio Industrial Dow Jones también se vio arrastrado a la baja, cayendo 543,97 puntos, es decir, un 1,23%, para cerrar en 43.587,01 unidades. Esta tendencia negativa se reflejó en toda la semana, ya que todos los índices principales registraron pérdidas, mostrando un panorama poco alentador para los inversores.
La fuerte caída de las acciones este viernes fue impulsada en gran medida por la decepcionante publicación de los resultados trimestrales de Amazon.com, que no cumplió con las expectativas de los analistas en su división de computación en la nube, Amazon Web Services. Este bajo rendimiento tuvo un efecto dominó, arrastrando al índice de consumo discrecional a una caída cercana al 4%, la mayor entre los 11 sectores del S&P 500.
La incertidumbre comercial también fue un factor determinante el viernes. Justo antes de la implementación de los nuevos aranceles, Trump firmó un decreto imponiendo gravámenes significativos sobre importaciones de países aliados como Canadá, Brasil, India y Taiwán. Esta decisión, lejos de ser vista como una medida de presión para mejorar las negociaciones comerciales, generó preocupación entre los inversores sobre la posible escalada de las tensiones comerciales y su impacto en la economía global.
El informe laboral de julio, que mostró una desaceleración en el crecimiento del empleo en Estados Unidos, aumentó aún más la inquietud en el mercado. Brian Jacobsen, economista de Annex Wealth Management, comentó sobre la gravedad del informe, sugiriendo que podría haber un debilitamiento en el mercado laboral estadounidense. Estas noticias llevaron a los inversores a anticipar un potencial recorte en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal en su próxima reunión.
El cierre de la semana dejó una sensación de pesimismo en el mercado, con sectores clave como el tecnológico y el de consumo sintiendo la presión de las tensiones comerciales y las señales de debilidad en la economía. La combinación de estos factores generó un ambiente de incertidumbre en el que los inversores se mostraron cautelosos.
Mientras tanto, en Europa, los mercados también sintieron el impacto de las decisiones comerciales de Estados Unidos. El índice paneuropeo STOXX 600 experimentó su mayor caída diaria desde abril, cayendo un 1,9%. Los inversores europeos, al igual que sus contrapartes estadounidenses, se mostraron inquietos ante los nuevos aranceles impuestos por Estados Unidos, que incluyen un gravamen del 39% a Suiza.
Los sectores más afectados en Europa fueron el sanitario y el bancario. El sector sanitario vio un descenso del 1% después de que Trump enviara cartas a grandes farmacéuticas pidiendo la reducción de precios de medicamentos en EE.UU. A su vez, el DAX alemán y el OMXC danés sufrieron caídas significativas, contribuyendo a un clima de desánimo en los mercados.
Con la volatilidad creciente y el temor a las repercusiones de las políticas arancelarias de Estados Unidos, los operadores financieros se encuentran en un estado de espera, evaluando cómo estos desarrollos impactarán en la economía mundial y, en particular, en la recuperación tan esperada tras los efectos de la pandemia. El cierre de la semana fue, sin duda, un recordatorio de que los mercados son sensibles a las decisiones políticas y económicas, y que el camino hacia la estabilidad puede ser más sinuoso de lo que se pensaba.
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