Las Vegas enfrenta crisis turística que amenaza su economía y bienestar laboral

Las Vegas enfrenta crisis turística que amenaza su economía y bienestar laboral

Las Vegas vive una preocupante caída en turismo, propinas y ocupación hotelera. La incertidumbre crece mientras el Strip muestra señales de agotamiento.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Economía y Finanzas HACE 10 HORAS

Las luces brillantes de Las Vegas, que tradicionalmente han simbolizado el entretenimiento y la diversión, ahora se ven empañadas por una crisis que afecta profundamente a su economía. A pesar de las promesas de beneficios fiscales introducidos por la administración Trump, la ciudad enfrenta una disminución notable en la ocupación hotelera y una caída drástica en las propinas que reciben los trabajadores del sector. Este panorama sombrío está afectando no solo la percepción del turismo en la ciudad, sino también la vida cotidiana de miles de empleados que dependen de esos ingresos fluctuantes.


En un contexto donde los hoteles y casinos han sido el corazón palpitante de la economía de Las Vegas, la reciente exención fiscal que permite a los empleados retener hasta $25,000 en propinas anuales libres de impuestos parece no haber surtido el efecto esperado. La realidad es que, sin un flujo constante de visitantes en la ciudad, el potencial de ganancias se desvanece. "No sirve no pagar impuestos si no hay gente que dé propina", comenta Charlie Mungo, un tatuador afectado que ha visto cómo sus ingresos se han desplomado debido a la falta de turistas.


La caída en el número de visitantes es alarmante. Según datos recientes, Las Vegas recibió solo 3,3 millones de turistas en abril de 2025, lo que representa una disminución del 5,1% en comparación con el año anterior. Esta tendencia se refleja también en el tráfico del Aeropuerto Internacional Harry Reid, que reportó un descenso del 3,4% en el tráfico total, siendo las llegadas internacionales las más afectadas con una baja del 13% solo en el mes de junio.


La crisis se siente con más fuerza en el sector hotelero, donde la ocupación promedio ha caído a 66,7% a principios de julio, muy por debajo del promedio histórico para esta temporada. Muchos hoteles, que esperaban una recuperación gracias a las nuevas políticas fiscales, ahora se encuentran con habitaciones vacías y un futuro incierto, lo que ha llevado a una reducción de horas de trabajo y despidos en varios establecimientos.


Los testimonios de los trabajadores son desgarradores. Jacob Soto, supervisor de una tienda de donas, comparte su experiencia, indicando que sus propinas semanales han caído de $200 a apenas $100. A pesar de que su salario base es de $15 la hora, esta disminución ha comprometido su capacidad para cubrir necesidades básicas. "La diferencia entre subsistir y vivir bien eran esas propinas", expresa con frustración, reflejando la realidad de muchos en la ciudad.


La guerra comercial impulsada por la administración Trump ha tenido efectos colaterales que van más allá de las políticas fiscales, afectando el turismo internacional que es fundamental para la economía de Las Vegas. La pérdida de turistas canadienses y de otras nacionalidades ha dejado una huella imborrable en la ciudad, que se ha acostumbrado a recibir a visitantes de todas partes del mundo para disfrutar de su oferta de entretenimiento.


A medida que la crisis se profundiza, la ilusión de prosperidad que solía caracterizar el Strip se está desvaneciendo. Las esperanzas de un renacer económico, alimentadas por políticas que prometían alentar el crecimiento, han chocado con la dura realidad de un mercado turístico en declive. Para muchos trabajadores, el futuro se presenta incierto y lleno de desafíos.


Los responsables políticos de la ciudad y del estado tienen la tarea urgente de replantear la estrategia turística y buscar formas de atraer a más visitantes, al tiempo que consideran cómo mitigar el impacto en los trabajadores locales. Las Vegas, que solía ser sinónimo de diversión y oportunidades, ahora enfrenta un reto monumental que podría redefinir su futuro.


El llamado a la acción es claro: es necesario un enfoque renovado hacia el turismo, que no solo considere los beneficios fiscales como la solución mágica, sino que también aborde las raíces de la crisis que actualmente enfrenta la ciudad. Sin un cambio significativo, el globo de Las Vegas podría desinflarse, dejando a su paso una estela de incertidumbre y descontento para aquellos que han dedicado sus vidas a hacer de la ciudad un destino icónico.

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