Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
La reciente evaluación del panorama del sector minero en Perú por parte de expertos resalta una preocupación latente: el país andino podría ser superado por Argentina en la exportación de cobre, un metal clave en la economía global y especialmente en el desarrollo de tecnologías sostenibles. Liliana Rojas-Suárez, investigadora principal y directora de la iniciativa Latam del Centro para el Desarrollo Global, advirtió que la percepción negativa entre los inversionistas ha desincentivado la inversión en el país, lo que podría llevar a una disminución significativa de su relevancia en el mercado global del cobre. Durante el XXV seminario anual del Consorcio de Investigación Económica y Social (CIES), Rojas-Suárez enfatizó que Perú, tradicionalmente uno de los principales productores a nivel mundial junto con Chile y el Congo, enfrenta un reto importante: la incertidumbre que rodea su entorno político y económico. Esta situación no solo afecta las inversiones actuales, sino que también pone en peligro las expectativas de futuros interesados en el sector. La investigadora no escatimó en mencionar que, de no actuar rápidamente, Perú podría perder su lugar destacado en la industria del cobre para el año 2040, especialmente ante la creciente demanda de países como China. La competencia se intensifica con la llegada de Javier Milei a la presidencia de Argentina, quien ha puesto el desarrollo del cobre en el centro de su agenda económica. Su propuesta incluye ajustes a la Ley de Glaciares, que actualmente limita el acceso a áreas estratégicas para la minería. Esta modificación podría permitir a Argentina aprovechar su geografía rica en cobre, lo que podría traducirse en costos de producción más bajos y, por ende, en una mayor competitividad internacional. Rojas-Suárez subrayó que la regulación ambiental en Argentina podría ser más flexible que en Perú, lo que facilitaría la explotación de este recurso. Además, la eliminación del cepo cambiario en Argentina se vislumbra como una medida que podría atraer un flujo significativo de inversiones al sector minero, generando un ambiente propicio para el crecimiento. En este sentido, la investigadora consideró que la competencia entre ambos países podría ser beneficiosa, siempre que Perú se esfuerce por mejorar su valor agregado en la producción de cobre. La falta de confianza entre los inversionistas hacia Perú es otro factor grave que se debe abordar. Rojas-Suárez argumentó que la historia del país con el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi) ha creado un marco mental de desconfianza que impide la llegada de capital extranjero. La incertidumbre persistente sobre el futuro de las regulaciones económicas y la posibilidad de cambios en los contratos existentes generan un clima de desconfianza que aleja a los inversionistas a largo plazo. La situación se agrava al considerar que los problemas institucionales han contribuido a la inestabilidad. La investigadora insistió en que la credibilidad se construye a través de la consistencia en las políticas y el respeto a las reglas del juego. Para recuperar la confianza de los inversionistas, Perú deberá demostrar un compromiso firme con la estabilidad política y económica. Además, la posición de Perú en el contexto global es crucial. Con China emergiendo como el principal consumidor de cobre, el país andino necesita cultivar relaciones sólidas para asegurar un flujo constante de demanda. Rojas-Suárez destacó que la reputación y el reconocimiento en el mercado internacional son vitales para atraer a grandes economías, lo que podría resultar en un crecimiento sostenido para el sector minero. En el ámbito de las relaciones con Estados Unidos, la experta subrayó que la falta de atención del gobierno estadounidense hacia Perú podría tener implicaciones mixtas. Si bien esto podría significar que no se implementen políticas desfavorables, también implica que Perú debe esforzarse por mantener su visibilidad y relevancia en las negociaciones bilaterales. Por último, Rojas-Suárez propuso la implementación de políticas contracíclicas como una estrategia para estabilizar la economía y fomentar el crecimiento sostenible. En este contexto, el Banco Central de Perú ha mostrado una capacidad para manejar la inflación, lo que podría llegar a ser un factor positivo en la búsqueda de un equilibrio económico. La clave, según la experta, radica en la capacidad de Perú para adaptarse a los cambios en el mercado global y en la gestión de su sector minero. Sin un enfoque proactivo y una reforma institucional adecuada, el país podría ver cómo se desvanecen sus oportunidades en el competitivo mundo del cobre.