Los aranceles de Trump están bajo amenaza, pero los puertos aún no experimentan una recuperación significativa. Malas noticias para los precios

Los aranceles de Trump están bajo amenaza, pero los puertos aún no experimentan una recuperación significativa. Malas noticias para los precios

Los puertos estadounidenses han experimentado descensos en las importaciones a nivel de pandemia, por lo que las buenas noticias sobre los aranceles eran justo lo que esperaban los funcionarios portuarios.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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La reciente situación en los puertos estadounidenses refleja una intersección problemática entre las decisiones políticas y la realidad económica. Tras la implementación de aranceles por parte del expresidente Donald Trump, muchos esperaban que la posible flexibilización de estas tarifas condujera a un aumento inmediato en las importaciones. Sin embargo, el escenario ha demostrado ser más complejo de lo anticipado, ya que los puertos aún enfrentan una notable caída en las importaciones, similar a los niveles más bajos de la pandemia.


El miércoles, un tribunal en Manhattan bloqueó un conjunto significativo de aranceles impuestos por la administración Trump, lo que generó esperanzas entre los minoristas y operadores portuarios. Sin embargo, estas expectativas se desvanecieron rápidamente cuando un tribunal federal de apelaciones restauró los aranceles el jueves, generando confusión en un entorno ya incierto. Este tira y afloja judicial subraya que, incluso con la posibilidad de menores tarifas, el flujo de mercancías no se reanudará de inmediato, lo que podría resultar en estantes vacíos en las tiendas y precios más altos para los consumidores.


Jonathan Gold, vicepresidente de la Federación Nacional de Minoristas, destacó que, a pesar de las expectativas, no se ha observado una prisa por reanudar las importaciones. Esto se debe a que los minoristas están adoptando un enfoque cauteloso, esperando ver cómo se desarrollará la situación. Esta incertidumbre se traduce en menos contenedores dirigiéndose a los puertos, lo que podría impactar en la disponibilidad de productos en el mercado.


El Puerto de Los Ángeles, uno de los más grandes del país, ha reportado caídas significativas en las importaciones, con un descenso del 30% en comparación con el año anterior. Del mismo modo, los puertos de Seattle y Tacoma también han visto reducciones en el volumen de importaciones, lo que refleja la falta de recuperación en la actividad comercial. A pesar de una reciente reducción de aranceles del 145% al 30% sobre las importaciones chinas, la respuesta del mercado ha sido tibia.


La confusión reinante en el panorama comercial plantea serios desafíos para los minoristas que necesitan planificar sus operaciones con anticipación. “Es como un ping-pong”, comenta Gold, señalando las dificultades que enfrentan para entender la situación y tomar decisiones informadas. Esta inestabilidad afecta no solo a la logística, sino también a la estrategia de precios que las empresas deben implementar para seguir siendo competitivas.


Las empresas que pueden soportar los altos costos de los aranceles están optando por enviar productos ya fabricados, sin realizar nuevos pedidos a las fábricas. Gene Seroka, director del Puerto de Los Ángeles, menciona que aproximadamente el 45% de la carga de su puerto proviene de China, lo que acentúa la necesidad de resolver la incertidumbre arancelaria para garantizar un flujo constante de productos.


A pesar de la baja en las importaciones, hay indicios de una mejora gradual. En la primera semana de junio, se espera un aumento en la llegada de contenedores al puerto de Los Ángeles, aunque este repunte aún se encuentra por debajo de los niveles del año pasado. La expectativa de que los volúmenes de carga se recuperen rápidamente ha sido optimista, pero la realidad sugiere que el camino hacia la normalización será largo y complicado.


La presión temporal también juega un papel crucial en esta dinámica. Con vencimientos de prórrogas de aranceles que se acercan, como la de 90 días que termina el 9 de julio, las empresas se ven forzadas a actuar rápidamente. Seroka advierte que el tiempo que normalmente lleva realizar un pedido y tener productos listos para su envío es el mismo tiempo que queda para que las empresas tomen decisiones bajo la presión de la incertidumbre.


Algunos expertos sugieren que podría haber un repunte repentino una vez que se aclare la situación, pero la falta de previsibilidad complica cualquier pronóstico. Daniel Hackett, socio de Hackett Associates, indica que, aunque no es probable que haya estantes vacíos inmediatos, los costos adicionales derivados de la incertidumbre pueden pasar factura a los consumidores.


Grandes minoristas, como Walmart y Target, ya han comenzado a anunciar aumentos de precios para compensar el impacto de los aranceles. Hackett subraya que las cadenas de suministro valoran la previsibilidad y la certeza, y que la incertidumbre actual está incrementando los costos operativos y afectando a la economía en general. En este contexto, tanto minoristas como consumidores se preparan para un futuro en el que los precios y la disponibilidad de productos podrían verse seriamente afectados.

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