El apagón, las aseguradoras y las indemnizaciones: electrodomésticos o comida estropeada

El apagón, las aseguradoras y las indemnizaciones: electrodomésticos o comida estropeada

Las compañías de seguros esperan una avalancha de reclamaciones

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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El apagón histórico que azotó a España el pasado lunes, 28 de abril, ha dejado una estela de inconvenientes que aún se están sintiendo en todo el país. A medida que las horas pasaban sin electricidad, el descontento crecía entre los ciudadanos, quienes no solo se enfrentaron a la incomodidad de la falta de luz, sino también a la posibilidad de sufrir graves daños en sus hogares y pertenencias. La recuperación total de la electricidad se ha convertido en un proceso arduo y prolongado, lo que ha generado un incremento en las llamadas a las aseguradoras, que se preparan para atender una ola de reclamaciones.


Las aseguradoras, en particular, se verán presionadas debido a las múltiples reclamaciones que se están recibiendo por averías en electrodomésticos y alimentos en mal estado. En muchos hogares, los frigoríficos han dejado de funcionar, provocando que la comida almacenada se eche a perder. En algunas zonas, la ausencia de electricidad se prolongó más de diez horas, lo que agrava la situación de aquellos que confiaron en que su suministro eléctrico regresaría con rapidez.


La normativa de los seguros de hogar suele incluir cláusulas que cubren las averías de aparatos eléctricos, siempre y cuando dichos daños estén debidamente reflejados en el contrato. Esto significa que los tomadores de pólizas tienen derecho a reclamar a sus aseguradoras, y en este caso particular, es probable que la actividad de reclamación se intensifique en los próximos días. Sin embargo, también existe la posibilidad de que los afectados busquen indemnizaciones de sus proveedores eléctricos, aunque es más común y recomendable iniciar el proceso a través de las aseguradoras.


La situación se complica aún más cuando se considera la cuestión de los alimentos. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha establecido que si la falta de luz se prolongó por más de seis horas, los consumidores pueden presentar reclamaciones para obtener una compensación por los daños. Esto significa que los hogares que se vieron obligados a tirar alimentos que ya no son seguros para consumir pueden ver en sus aseguradoras un posible alivio económico.


La OCU, consciente del impacto que el apagón ha tenido en la población, ha recomendado a los afectados documentar las pérdidas. Acumular pruebas, como fotografías de los electrodomésticos dañados y los alimentos que han tenido que desechar, puede ser crucial en el proceso de reclamación. Además, es importante que los consumidores estén al tanto de las condiciones específicas de sus pólizas, ya que cada aseguradora puede tener diferentes criterios sobre lo que se considera una pérdida cubierta.


El efecto cadena que esta situación está generando no se limita únicamente a las reclamaciones de los ciudadanos. Las aseguradoras, ante la magnitud del evento, se preparan para evaluar el daño potencial que podrían enfrentar, lo que incluye la necesidad de reclamar a las compañías eléctricas, a Red Eléctrica, o incluso al Estado en casos donde se evidencie una negligencia en la gestión del servicio. Este escenario puede generar un cúmulo de conflictos y negociaciones que prolonguen aún más el proceso de recuperación.


En este contexto, la falta de claridad sobre la responsabilidad por el apagón ha suscitado preocupaciones entre los ciudadanos. Muchos se preguntan quién asumirá la carga de las indemnizaciones y si las compañías eléctricas tienen protocolos establecidos para responder a tales emergencias. La falta de información clara solo añade incertidumbre a una situación ya de por sí compleja.


El apagón no solo ha afectado a los hogares y sus habitantes; también ha tenido repercusiones en pequeños negocios que dependen de la electricidad para operar. Restaurantes, tiendas de comestibles y otros comercios han visto cómo su producción y ventas se ven comprometidas, lo que puede potencialmente llevar a un aumento de reclamaciones en el sector empresarial. La situación se torna crítica en un momento en que muchas de estas pequeñas empresas ya enfrentan desafíos económicos por la crisis global.


A medida que avanza la recuperación, las autoridades deben evaluar y aprender de esta crisis para implementar cambios que refuercen la infraestructura eléctrica y mejoren la comunicación con los ciudadanos en situaciones de emergencia. Los apagones no solo son una molestia; pueden tener un profundo impacto en la economía y el bienestar de la población. El camino hacia la indemnización y la recuperación será largo, y es fundamental que todos los actores involucrados trabajen de manera coordinada para superar esta crisis. En última instancia, lo que se necesita es un sistema más robusto que garantice la seguridad y estabilidad del suministro eléctrico en el futuro.

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