Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En un año marcado por la polarización y la dificultad, los peruanos encontraron espacio para el orgullo y la celebración a través de hitos significativos que han dejado una huella en la memoria colectiva. La inauguración del Puerto de Chancay se erige como el evento más destacado, un símbolo de las aspiraciones logísticas de Perú en el contexto de América del Sur. Este acontecimiento, que tuvo lugar en noviembre, coincide con la celebración del Foro de Cooperación APEC, lo que le ha conferido un carácter internacional y un sentido de proyección hacia el futuro. Según una reciente encuesta realizada por Ipsos para Perú21, el 48% de los encuestados considera que la inauguración de este puerto es el aspecto más positivo del año. Este proyecto no solo promete dinamizar la economía local y nacional, sino que también podría transformar a Perú en un centro logístico clave en el continente, mejorando así las oportunidades comerciales y de inversión. Junto a la finalización del Puerto de Chancay, otros momentos brillantes del año resaltan la calidad culinaria del país, ya reconocida mundialmente. La distinción del Perú como el mejor destino gastronómico tuvo un respaldo del 28% en la encuesta, reafirmando la riqueza cultural y la creatividad de los chefs peruanos. Este reconocimiento no solo enaltece la cocina nacional, sino que también impulsa el turismo y la economía, generando un halo de orgullo entre los peruanos. El deporte también brilló en el 2023, con una notable actuación en los Juegos Bolivarianos, donde el Perú obtuvo 114 medallas. La satisfacción por estos logros deportivos, que merecieron un 33% de aprobación, resalta la importancia de la actividad física y el deporte como pilares de la identidad nacional y el sentido de comunidad. Sin embargo, no todo ha sido positivo en la esfera pública. La población ha enfrentado crecientes preocupaciones en torno a la seguridad y la delincuencia. La presidenta Dina Boluarte, en lugar de ofrecer soluciones a esta crisis, ha sido objeto de críticas por su aparente desconexión con la realidad que viven los ciudadanos. Mientras el 37% de los encuestados destaca el incremento de la inseguridad como el evento más negativo del año, muchos se sienten impotentes ante una situación que afecta su bienestar diario. La corrupción también ha dejado su marca. Casos como el de los alimentos contaminados en el programa Qali Warma y el escándalo de los relojes Rolex, que involucra a la presidenta, han alimentado la desconfianza en las instituciones. Estos sucesos han despertado un clamor por justicia y transparencia, evidenciando una crisis de gobernabilidad que ha provocado que el 52% de los encuestados sienta preocupación por el futuro del país. El contexto de inseguridad y corrupción ha llevado a que un 53% de los peruanos deseen que su regalo para el país en 2025 sea la seguridad ciudadana. Este deseo se siente con más intensidad en Lima, donde el 62% de los habitantes anhelan un entorno más seguro. Las respuestas reflejan un profundo anhelo de estabilidad y protección en un contexto donde la delincuencia parece estar fuera de control. La encuesta también ha arrojado luz sobre los sentimientos que predominan en la ciudadanía. Un alarmante 52% de los encuestados manifiesta que la preocupación es el sentimiento que más les genera el Perú. La pena, la vergüenza y la rabia son emociones que, lamentablemente, han encontrado un lugar en el corazón de muchos peruanos a medida que enfrentan la incertidumbre política y social. Los datos reflejan un profundo desencanto con la clase política y la falta de acción efectiva ante problemas críticos. El desempeño del Congreso, por ejemplo, ha sido objeto de reproches por su tendencia a favorecer la informalidad y la ilegalidad, lo que agrava aún más la sensación de inseguridad y desconfianza entre la ciudadanía. A medida que el Perú se prepara para recibir el nuevo año, queda claro que los logros en desarrollo logístico, gastronomía y deportes deben ir acompañados de un compromiso real por parte de los líderes políticos para abordar las crisis de seguridad y corrupción. La esperanza de un futuro mejor depende, en gran medida, de la capacidad del gobierno para escuchar y responder a las necesidades de su pueblo, y de construir un país donde cada peruano pueda sentirse seguro y orgulloso de su hogar.