
Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.




Warren Buffett, el magnate de inversiones conocido como el "Oráculo de Omaha", ha arrojado una luz crítica sobre las políticas arancelarias implementadas por la administración Trump, refiriéndose a ellas como "un acto de guerra" en una reciente entrevista con CBS. Su comentario ha resonado significativamente en un contexto en el que los aranceles se han convertido en un pilar central de la estrategia comercial del presidente, especialmente ante las tensiones crecientes con naciones como China, Canadá y México. Buffett argumenta que los aranceles, al aumentar los impuestos sobre los bienes importados, no solo interrumpen el comercio internacional, sino que también repercuten directamente en los consumidores a través de precios más altos. El icónico inversor subrayó que, aunque el presidente los promueva como una herramienta de protección económica, en realidad funcionan como un impuesto que los consumidores deben pagar. "¡El hada de los dientes no los paga!", bromeó Buffett, enfatizando la carga que estos impuestos representan para el ciudadano común. La administración Trump ha decidido seguir adelante con la imposición de aranceles del 25% sobre los productos provenientes de Canadá y México, además de aumentar los aranceles sobre bienes chinos. Esta decisión ha suscitado temores entre economistas y analistas sobre un posible aumento en el costo de la vida para los estadounidenses, quienes dependen de productos importados en su día a día, desde tecnología hasta vehículos. En este sentido, el análisis de Buffett se vuelve pertinente: “Siempre tienes que hacer esa pregunta en economía: Siempre di, ‘¿Y luego qué?’”, sugiriendo que es esencial considerar las consecuencias a largo plazo de tales políticas. La reacción de China a las medidas estadounidenses fue inmediata, con la implementación de aranceles propios, lo que ha generado un clima de incertidumbre económica que muchos ya catalogan como una nueva guerra comercial. Adicionalmente, Trump ha señalado que aquellos países que apliquen aranceles sobre productos estadounidenses enfrentarán medidas recíprocas, lo que podría agravar aún más las tensiones comerciales globales. El trasfondo de esta dinámica no es nuevo. Históricamente, los aranceles han sido utilizados como herramientas en conflictos económicos que han influido en relaciones diplomáticas y políticas internacionales. Buffett recordó cómo, durante la Gran Depresión, el aumento de aranceles bajo la Ley Smoot-Hawley tuvo efectos devastadores en la economía global. Esto lleva a cuestionar si las políticas actuales están destinadas a repetirse en un ciclo de proteccionismo que podría ser perjudicial. Buffett, quien ha expresado su alarma por las propuestas de aranceles desde la campaña presidencial de Trump en 2016, ha manifestado en múltiples ocasiones que tales medidas son “una muy mala idea”. Su astucia empresarial y su habilidad para prever tendencias económicas lo han posicionado como una voz influyente en el ámbito financiero, y sus recientes comentarios no hacen más que aumentar la preocupación sobre la dirección de la economía estadounidense. En el contexto actual, Buffett también se ha visto rodeado de un notable aumento en la acumulación de efectivo en su conglomerado, Berkshire Hathaway. La compañía ha alcanzado un récord de US$ 334.200 millones en efectivo y equivalentes en el cuarto trimestre, lo que plantea interrogantes sobre su visión del mercado estadounidense. A pesar de las ganancias operativas récord, la venta de acciones de gigantes como Apple y Bank of America sugiere un enfoque cauteloso ante la volatilidad que puede provocar la política arancelaria. A lo largo de su carrera, Buffett ha mantenido una perspectiva optimista sobre el futuro de la economía estadounidense, afirmando que “es el mejor lugar” para invertir. Sin embargo, sus advertencias sobre los aranceles como un "acto de guerra" apuntan claramente a la necesidad urgente de un enfoque más equilibrado en las relaciones comerciales y la política económica. En un momento en el que la confianza del consumidor está disminuyendo y la inflación sigue siendo una preocupación, el mensaje de Buffett resuena más que nunca. Los aranceles no solo representan un desafío para la economía, sino que también son un reflejo de la compleja red de relaciones comerciales entre naciones, que necesita ser manejada con cuidado y visión a largo plazo. La pregunta ahora es si los responsables de la política estadounidense tomarán en cuenta estas advertencias antes de avanzar en un camino que podría tener consecuencias económicas severas.