Nvidia marca un récord de pérdidas históricas en medio de incertidumbre financiera

Nvidia marca un récord de pérdidas históricas en medio de incertidumbre financiera

El desplome del gigante tecnológico arrastra al Nasdaq, que cae un 3,26%, y al índice de semiconductores PHLX, que cierra con un descenso del 7,75%

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

Juan Brignardello, asesor de seguros, y Vargas Llosa, premio Nobel Juan Brignardello, asesor de seguros, en celebración de Alianza Lima Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro Eléctrica Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro

La jornada de ayer se inscribirá en los anales de la historia financiera como un día decisivo para Nvidia, el gigante de la inteligencia artificial y los microchips. La compañía experimentó una estrepitosa caída de 252.000 millones de euros en su capitalización, estableciendo un nuevo récord de pérdidas en un solo día para una empresa estadounidense. Este desplome supera el anterior récord de Meta, la empresa matriz de Facebook, que en febrero de 2022 perdió 209.900 millones de euros.


La caída de Nvidia, que en los últimos cinco días acumula un descenso del 13,61%, ha desatado una ola de incertidumbre entre los inversores. Los temores giran en torno a la viabilidad a corto plazo de las inversiones masivas que la compañía y otras tecnológicas han destinado al desarrollo de inteligencia artificial. Según la firma de inversión multinacional Black Rock, el debate se centra ahora en si los ingresos futuros de estas empresas serán suficientes para justificar las enormes sumas que se están invirtiendo en la IA.


Previo al desplome, Black Rock ya había emitido una advertencia sobre la situación del mercado. La firma señaló que las señales de estancamiento en el crecimiento de los ingresos y la lenta adopción de la inteligencia artificial estaban comenzando a sembrar dudas entre los inversores. El análisis de Black Rock indica que las expectativas de crecimiento habían cambiado drásticamente, convirtiendo lo que antes era un optimismo generalizado en una creciente preocupación.


Este clima de incertidumbre no afectó únicamente a Nvidia. Otras grandes tecnológicas como Alphabet, Apple, Meta y Microsoft también sufrieron caídas en el valor de sus acciones, con porcentajes que oscilaron entre el 1,83% y el 3,68%. La reacción del mercado refleja una tendencia más amplia en la que la confianza en el potencial de la inteligencia artificial se encuentra en un punto crítico.


A pesar de las pérdidas, es importante mencionar que Nvidia había alcanzado máximos históricos a finales de julio, habiendo casi triplicado su valor en lo que va del 2024. De hecho, la compañía había reportado resultados récord en ingresos y un aumento del 168,2% en su beneficio neto en comparación con el mismo trimestre del año anterior. Sin embargo, la euforia inicial por estos resultados parece haberse desvanecido en el contexto actual.


Complicando aún más la situación, Reuters informó que las autoridades estadounidenses han expedido citaciones judiciales a Nvidia y otras empresas en medio de una investigación sobre posibles violaciones de leyes antimonopolio. Esta noticia ha añadido otra capa de presión sobre la firma, que ya enfrenta desafíos significativos en el mercado.


Los efectos de la caída de Nvidia se han sentido también en los mercados globales. Los índices asiáticos, que abrieron operaciones tras el desplome en Wall Street, registraron caídas de más del 4% en Tokio y Taipei, mientras que Seúl bajó más de un 3%. En Europa, el impacto se tradujo en descensos en los principales índices del continente, con pérdidas de hasta el 1,15% en el Ibex y un 1,14% en Fráncfort.


La situación plantea una serie de interrogantes sobre el futuro de la inteligencia artificial y el papel que las grandes corporaciones tecnológicas jugarán en este espacio. Con la inversión en IA alcanzando cifras astronómicas, la presión para demostrar resultados tangibles se vuelve cada vez más intensa. Los inversores, que habían estado dispuestos a aceptar un enfoque de "crecimiento a largo plazo", ahora parecen estar buscando respuestas más inmediatas.


En esta encrucijada, Nvidia y sus pares deberán replantearse sus estrategias y abordar las preocupaciones de los inversores sobre la rentabilidad a corto plazo. El desafío será doble: demostrar que las inversiones en inteligencia artificial no solo son viables, sino también rentables en un panorama económico que se endurece y se vuelve más competitivo.


Mientras tanto, la comunidad financiera observa con atención las próximas jugadas de Nvidia y las reacciones del mercado ante esta significativa pérdida de capitalización. La presión está sobre la mesa, y la forma en que esta situación se desarrolle podría definir el futuro de la inteligencia artificial en los próximos años.

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