EE UU y Arabia Saudí anuncian durante la visita de Trump acuerdos por 600.000 millones de dólares en armas y minerales raros

Durante la reciente visita del presidente Donald Trump a Arabia Saudí, se anunciaron acuerdos bilaterales que superan los 600.000 millones de dólares, marcando un hito en las relaciones comerciales y de defensa entre ambas naciones. Este compromiso incluye un pacto de defensa valorado en 142.000 millones de dólares, que promete el suministro de tecnología y armamento avanzado de Estados Unidos a su aliado saudí. La Casa Blanca ha calificado este acuerdo como el mayor en la historia de la venta de equipos de defensa.

La gira de Trump por las monarquías árabes del Golfo Pérsico tiene como objetivo principal la obtención de acuerdos comerciales que el presidente pueda presentar como logros de su administración. Durante una reunión con el príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salmán, se evidenció la cercanía entre ambos líderes, con Trump afirmando que “creo que nos caemos realmente muy bien”. Este tipo de encuentros pone de relieve la importancia de las relaciones personales en la política internacional, así como la búsqueda de beneficio mutuo en el ámbito económico y de seguridad.

Los acuerdos firmados no solo abarcan armamento. También incluyen la compra de semiconductores avanzados por parte de Arabia Saudí, que serán utilizados para el desarrollo de infraestructura en inteligencia artificial. Este aspecto es crucial en un mundo donde los avances tecnológicos y la inteligencia artificial están redefiniendo tanto el desarrollo económico como las capacidades militares.

Un aspecto notable de los acuerdos es el compromiso saudí de ampliar su inversión en Estados Unidos hasta alcanzar un billón de dólares. Trump ha presionado a su homólogo saudí para que se cumpla esta ambiciosa meta, destacando la importancia de las inversiones extranjeras en la economía estadounidense, especialmente en un contexto de creciente competencia global.

El acuerdo de defensa no especifica si incluirá la venta de los codiciados aviones caza F-35, algo que Arabia Saudí ha solicitado en numerosas ocasiones. Este punto es vital, dado que, a pesar de ser uno de los mayores compradores de armamento estadounidense, el acceso a tecnología militar avanzada se ha visto limitado, particularmente en comparación con Israel, que ya dispone de estos aparatos.

La firma de estos acuerdos se produce en un momento de incertidumbre en la región, exacerbada por la reciente guerra en Gaza, que comenzó tras el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023. Durante la administración del ex presidente Joe Biden, se intentó cerrar un acuerdo de colaboración de defensa con Arabia Saudí como parte de un proceso de normalización de relaciones con Israel, pero la escalada del conflicto dificultó estos esfuerzos.

A pesar de los anuncios optimistas, hay que tener en cuenta que las cifras y compromisos anunciados a menudo no se materializan en la práctica. Expertos en relaciones internacionales han expresado escepticismo sobre la capacidad de estos acuerdos para generar resultados tangibles. Steve Cook, del Consejo de Relaciones Exteriores, subrayó que muchas inversiones en la región a menudo no se concretan, cuestionando la viabilidad a largo plazo de estas promesas.

En un discurso ante empresarios, Trump elogió la relación entre Estados Unidos y Arabia Saudí, describiéndola como “más estrecha, más fuerte y más potente que nunca”. Sin embargo, estas afirmaciones contrastan con la realidad de los derechos humanos en Arabia Saudí, un tema que el presidente prefirió no abordar durante su visita.

La historia de los acuerdos entre ambas naciones es rica en promesas que, en ocasiones, se han quedado en papel. Durante su primer mandato, Trump anunció acuerdos similares por valor de 110.000 millones de dólares, de los cuales solo una fracción se ha concretado hasta el momento. Este patrón de ambiciosos anuncios seguidos de escaso seguimiento es motivo de preocupación entre analistas y expertos en política internacional.

A medida que se desarrollan estos eventos, el mundo observa con atención, preguntándose si los acuerdos de esta gira presidencial realmente traerán cambios positivos o si se convertirán en otra cifra más dentro de un largo historial de promesas no cumplidas en la región.