Trump excluye productos electrónicos de aranceles y alivia a consumidores estadounidenses

Trump excluye productos electrónicos de aranceles y alivia a consumidores estadounidenses

Una amplia batería de productos tecnológicos estarán excluidos de los gravámenes del 125% a China y del 10% general para la mayoría de países. Se verán beneficiadas empresas como Apple o Samsung, que fabrican la mayor parte de sus dispositivos en Asia

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Los consumidores estadounidenses respiraron aliviados este fin de semana tras enterarse de que el presidente Donald Trump ha decidido excluir una serie de productos electrónicos de los aranceles recíprocos impuestos en el marco de la actual guerra comercial entre Estados Unidos y China. Esta medida, que abarca teléfonos inteligentes, ordenadores, chips y otros componentes electrónicos, ha generado un respiro temporal en un mercado que se temía podría enfrentar precios exorbitantes.


El anuncio se realizó a través de un documento emitido por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, que reveló que ciertos bienes tecnológicos quedarían exentos de una tasa del 145% sobre las importaciones provenientes de China, así como del arancel del 10% que Washington había decidido imponer a la mayoría de sus socios comerciales. La decisión representa un giro significativo en la política comercial de la administración Trump, que ha sido criticada por su enfoque errático y por las altas tensiones que ha creado en el comercio internacional.


A pesar del alivio inicial, los analistas advierten que esta situación podría ser temporal. Las exenciones se basan en una disposición que impide que los aranceles sectoriales se acumulen sobre las tasas generales. Esto significa que los productos que hoy se libran de los recargos podrían estar expuestos a nuevos aranceles en el futuro, lo que aumenta la incertidumbre en el mercado. Así, los consumidores podrían ver cómo sus esperanzas se desvanecen si la administración decide volver a aplicar gravámenes sobre estos productos en los próximos meses.


La decisión de Trump también puede interpretarse como un intento de moderar las hostilidades comerciales en un contexto en el que tanto Estados Unidos como China se han visto inmersos en una escalada de aranceles que han puesto en peligro a grandes empresas como Apple. La posibilidad de un aumento de hasta 700 dólares en el precio de un iPhone, por ejemplo, representa una amenaza real para la competitividad de la empresa en el mercado estadounidense.


Esta semana, la administración Trump se vio obligada a reconocer que sus políticas comerciales estaban conduciendo al país hacia una recesión, lo que ha llevado a una reevaluación de su enfoque. Durante un anuncio reciente, el presidente suspendió los aranceles "recíprocos" a todos los países, con la notable excepción de China. La medida ha sido recibida como un intento de calmar las aguas y evitar un daño mayor a la economía global.


No es la primera vez que Trump utiliza exenciones en su política comercial. Durante su primer mandato, la administración también eximió a teléfonos y dispositivos electrónicos de ciertos aranceles, lo que sugiere que esta táctica es parte de un patrón más amplio en su enfoque hacia el comercio internacional. Sin embargo, el desafío de revivir la industria nacional de tecnología sigue siendo formidable, y lograr que estos componentes se fabriquen en Estados Unidos probablemente llevará años.


La industria tecnológica, que es una de las más afectadas por los aranceles, se encuentra en una encrucijada. Con inversiones significativas en el extranjero y cadenas de suministro globales, las empresas estadounidenses deben navegar un paisaje complicado donde las políticas arancelarias cambian con frecuencia. La reciente inversión de Taiwan Semiconductor Manufacturing en Estados Unidos es un ejemplo de cómo las empresas se adaptan en medio de la incertidumbre.


A medida que las tensiones entre Washington y Pekín continúan, es evidente que la situación comercial no solo afecta a los consumidores, sino también a la estabilidad de la economía global. El intercambio de golpes arancelarios es visto por muchos como un juego peligroso que podría tener repercusiones a largo plazo, no solo en el comercio entre ambas naciones, sino en las dinámicas comerciales globles.


Con el tiempo, el verdadero impacto de estas decisiones se hará evidente. Mientras tanto, los consumidores y las empresas permanecerán en una situación de expectativa, esperando que las políticas de Trump se estabilicen y que la incertidumbre ceda ante una mayor claridad en el mercado. La guerra comercial entre Estados Unidos y China es un recordatorio de cuán interconectada está la economía global y de lo que está en juego para todos los involucrados.

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