La dana en Comunidad Valenciana: devastación, pérdidas millonarias y urgencia climática

La dana en Comunidad Valenciana: devastación, pérdidas millonarias y urgencia climática

Según un estudio de la ONG británica Christian Aid, la riada del pasado 29 de octubre ocasionó unas pérdidas que superan los 4.000 millones de euros

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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La reciente dana que azotó la Comunidad Valenciana ha dejado una huella imborrable en la región y se ha convertido en un fenómeno climático que ha captado la atención internacional. Según un informe publicado por la ONG Christian Aid, esta catástrofe, ocurrida el pasado 29 de octubre, se ha clasificado como la décima más costosa en el mundo durante 2024, con pérdidas que superan los 4.000 millones de euros. Sin embargo, los costos financieros reales podrían ser mucho mayores, lo que subraya la severidad de la situación.


Este informe marca un hito, ya que es la primera vez que una catástrofe ocurrida en España se incluye entre los 10 desastres climáticos más costosos desde que la organización comenzó a compilar estos datos en 2018. La magnitud de las riadas no solo se mide en términos económicos, sino también en la trágica pérdida de vidas; se reportaron 223 fallecimientos y aún hay cuatro personas desaparecidas. Estas cifras son un recordatorio doloroso de que detrás de los números hay familias y comunidades enteras devastadas.


La dana ha dejado a miles de afectados sin hogar, vehículos ni pertenencias, lo que indica que la recuperación será un proceso largo y complicado. Las infraestructuras dañadas y la necesidad de asistencia humanitaria inmediata plantean retos adicionales para las autoridades locales y regionales, que se enfrentan a la tarea monumental de reconstruir y restablecer la normalidad.


A nivel global, el informe de Christian Aid revela que las diez catástrofes climáticas más costosas del mundo en 2024 han acumulado pérdidas que ascienden a aproximadamente 228.900 millones de euros. Este alarmante dato refleja la creciente frecuencia e intensidad de fenómenos meteorológicos extremos, que afectan de manera desproporcionada a diferentes regiones del planeta. Estados Unidos se posiciona como el país con mayores pérdidas económicas este año, con tormentas que causaron daños superiores a 57.000 millones de euros y dejaron un saldo trágico de 88 vidas perdidas.


En el contexto de la Comunidad Valenciana, las inundaciones no son un evento aislado. Las catástrofes climáticas se están convirtiendo en una constante en la vida de muchas comunidades en todo el mundo, un fenómeno exacerbado por el cambio climático. La profesora Joanna Haigh, catedrática emérita de Física Atmosférica en el Imperial College de Londres, ha expresado que este informe es un “triste recordatorio” de la necesidad urgente de abordar la crisis climática. Señala que los políticos que restan importancia a esta crisis están contribuyendo al sufrimiento de las poblaciones más vulnerables.


El espectro de otras catástrofes climáticas también se cierne sobre el continente. Inundaciones en China, el tifón Yagi en el sudeste asiático y el huracán Beryl en la costa este de América son solo algunos de los ejemplos que ilustran la gravedad de la situación. Las pérdidas económicas, que rondan los miles de millones de euros en cada uno de estos eventos, reflejan un patrón preocupante que se repite con creciente frecuencia.


El director de investigación en física del clima, Davide Faranda, subraya que “el cambio climático ya está teniendo un coste inasumible para nuestras vidas”. En el último año, miles de personas han perdido la vida a causa de fenómenos climáticos extremos, lo que pone de relieve la urgencia de abordar este problema de manera efectiva. La necesidad de una transición hacia energías renovables y la reducción del uso de combustibles fósiles son más urgentes que nunca.


En un momento en que el mundo enfrenta el desafío del cambio climático, la tragedia en la Comunidad Valenciana se suma a un creciente número de alertas sobre los efectos devastadores de la inacción. La comunidad internacional debe unirse para encontrar soluciones efectivas y sostenibles que no solo mitiguen el daño, sino que también prevengan futuras catástrofes.


La COP30, que se llevará a cabo en Brasil en 2025, presenta una oportunidad crucial para que los líderes mundiales se comprometan a abordar esta crisis. La comunidad científica ha dejado claro que es posible cambiar el rumbo, pero esto requerirá una voluntad política firme y acciones concretas que prioricen la sostenibilidad y la justicia climática.


El camino hacia la recuperación en la Comunidad Valenciana será largo y lleno de desafíos, pero es imperativo que tanto las autoridades como la comunidad internacional se comprometan a aprender de esta tragedia. Solo a través de un esfuerzo colectivo se podrá crear un futuro más resiliente ante el cambio climático y garantizar que no se repitan las lecciones dolorosas del pasado.

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