
Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.




La economía española y mundial se encuentra en un momento de alta incertidumbre, marcado tanto por variables económicas como por factores geopolíticos. Los recientes anuncios sobre aranceles que afectan a las relaciones comerciales, la situación de conflictos armados y la política de defensa de la Unión Europea son solo algunos ejemplos de cómo el panorama global está evolucionando y complicando las proyecciones macroeconómicas. En este contexto, resulta cada vez más difícil prever el futuro económico con precisión. A pesar de esta incertidumbre, instituciones como el Banco de España y BBVA han decidido elevar sus proyecciones de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para este año. En particular, BBVA ha aumentado su estimación en cinco décimas, situándola en un 2,8%, un dato que se encuentra en la banda alta de lo que pronostican otros analistas. Esta revisión al alza sugiere que, aunque los riesgos son significativos, la economía española sigue mostrando una inercia positiva que podría mantenerse en el corto plazo. El informe de BBVA destaca que la actividad económica continúa evolucionando de manera favorable, a pesar de las turbulencias que enfrentan tanto el comercio internacional como la geopolítica. Esto se traduce en una expectativa de crecimiento que, aunque más moderada que en años anteriores, sigue siendo superior a la de otras economías desarrolladas, como la de la Eurozona, que ya presenta niveles de actividad más bajos que los de Estados Unidos y China. Uno de los factores que podrían influir en la economía española es la implementación de los nuevos aranceles por parte de Estados Unidos. Según las proyecciones de BBVA, esto podría resultar en una inflación más alta en el país norteamericano en comparación con Europa, lo que otorgaría al Banco Central Europeo un mayor margen para continuar con su política de reducción de tipos de interés. Sin embargo, el impacto directo de estos aranceles en la economía española se prevé limitado, ya que las exportaciones hacia Estados Unidos no son suficientemente significativas para provocar un efecto drástico. A medida que la economía española transita hacia un modelo menos dependiente del sector exterior, el papel del consumo privado y la inversión se vuelve cada vez más relevante. Aunque el turismo sigue siendo fundamental, el crecimiento del consumo interno y la recuperación en la inversión son signos alentadores que indican una diversificación en las fuentes de crecimiento económico. Las expectativas de crecimiento para el PIB español, que cerró el año pasado con un 3,2%, se establecen ahora en un 2,8% para 2025. Esta cifra señala una posible desaceleración en comparación con el año anterior, pero sigue representando un ritmo de crecimiento robusto en el contexto internacional. Además, se estima que en el trimestre actual el PIB podría haber crecido siete décimas, impulsado en parte por la recuperación en Valencia tras los desastres naturales ocurridos el año pasado. El sector turístico juega un papel crucial en la economía, con datos que revelan un aumento en los pagos con tarjeta por parte de visitantes extranjeros, que crecen a un ritmo cercano al 15% en comparación con el año anterior. Este fenómeno se acompaña de un aumento en el consumo privado, a pesar de que la tasa de ahorro de las familias se mantiene por encima de la media histórica. Esta dinámica sugiere una creciente confianza en el consumo interno, incluso ante la presión inflacionaria. La inversión también muestra señales de recuperación, tanto en bienes de equipo como en construcción. La reconstrucción tras los eventos climáticos extremos ha estimulado la inversión en maquinaria y ha propiciado que el crédito a empresas supere los niveles de trimestres anteriores. La actividad en el sector de la construcción, especialmente en viviendas nuevas, está comenzando a despegar, lo que podría contribuir de manera significativa al crecimiento económico. Sin embargo, tanto el Banco de España como BBVA han optado por no incluir en sus proyecciones posibles efectos negativos derivados de los aranceles ni positivos del anunciado gasto en defensa de la Unión Europea. Esta decisión se debe a la falta de claridad sobre el momento y la magnitud de la implementación de los aranceles, así como a la incertidumbre respecto a la inversión en defensa, que aún carece de compromisos concretos. En resumen, a pesar de los vientos en contra que enfrenta la economía, las proyecciones de crecimiento se mantienen optimistas, aunque no sin cautela. La incertidumbre sobre la política comercial y los conflictos geopolíticos influirá en la toma de decisiones empresariales y en la evolución de la economía, lo que subraya la importancia de seguir de cerca estos desarrollos en los próximos meses. La capacidad de adaptación y la diversificación de la economía española serán clave para enfrentar los retos que se avecinan.
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