Potencias globales reconfiguran el sector financiero en un mundo multipolar y digital

Potencias globales reconfiguran el sector financiero en un mundo multipolar y digital

El informe de Qaracter destaca cómo las potencias refuerzan su control financiero, con China y Rusia desafiando el predominio del dólar y buscando sostenibilidad.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Las recientes decisiones de la Administración de Donald Trump y los cambios en la dinámica global han puesto de relieve cómo las potencias mundiales están reforzando su control sobre el sector bancario y financiero. En un informe de la consultora tecnológica Qaracter, se analiza cómo este contexto de creciente competitividad geopolítica y estrategias neoimperialistas está afectando la estabilidad macroeconómica y la operativa de las entidades financieras. El informe resalta que China está avanzando en la desdolarización de su economía, un movimiento que podría tener profundas implicaciones en el sistema financiero global. Al reducir su dependencia del dólar estadounidense, el gigante asiático busca consolidar un sistema financiero más autónomo, lo que representa un desafío directo para el predominio del dólar como moneda de reserva mundial. Este cambio genera preocupaciones sobre la capacidad de los Estados Unidos para mantener su influencia económica a medida que otras potencias emergen. Rusia, por su parte, ha fortalecido su sistema financiero como respuesta a las sanciones internacionales que enfrenta. Este fortalecimiento le permite mitigar los efectos negativos de estas sanciones y aumentar su resiliencia ante un contexto internacional hostil. Las medidas implementadas por el Kremlin subrayan la importancia de un sistema financiero robusto que pueda resistir crisis externas y garantizar la estabilidad interna. A nivel de la Unión Europea, el informe plantea una encrucijada. La región debe decidir si se adapta a un sistema multipolar, donde varias potencias compiten y colaboran al mismo tiempo, o si busca reforzar su autonomía financiera. Esta decisión será crucial para que Europa mantenga su relevancia en un mundo donde el poder se dispersa entre diversas naciones y bloques económicos. La banca de inversión, aunque enfrentará restricciones regulatorias más estrictas, sigue mostrando un interés constante en fusiones y adquisiciones. Este dinamismo es un indicativo de que, a pesar de la incertidumbre, los inversores continúan buscando oportunidades que les permitan expandir su influencia y maximizar sus beneficios en un entorno cambiante. Por otro lado, la digitalización se perfila como el motor del cambio en el sector financiero. La integración de la inteligencia artificial en el 70% de las entidades bancarias transformará la operativa diaria, permitiendo una mayor eficiencia y una mejor experiencia para el cliente. El avance del blockchain también promete revolucionar áreas clave como los pagos transfronterizos y la gestión de identidad digital, marcando el inicio de una nueva era de soberanía financiera redefinida por las monedas digitales de los bancos centrales. La Unión Europea, por su parte, está endureciendo las normativas relacionadas con los aspectos sociales, medioambientales y de gobierno corporativo (ESG). Este enfoque en la sostenibilidad exige mayor transparencia y responsabilidad en la financiación, lo que a su vez podría catalizar un aumento en la emisión de bonos y préstamos verdes. Sin embargo, la fragmentación del mercado financiero podría dificultar estos esfuerzos. Mientras Europa se embarca en un modelo regulado de finanzas sostenibles, potencias como China y Rusia continúan priorizando la inversión en infraestructuras energéticas tradicionales. Esta asimetría competitiva crea un contexto donde la descarbonización de la economía podría verse amenazada, ya que diferentes regiones avanzan a ritmos dispares hacia la sostenibilidad. Además, la presión de los inversores institucionales intensificará el enfoque en la reducción de la huella de carbono. Se estima que el 80% de los fondos de inversión globales integrarán criterios ESG en sus estrategias este año, abriendo nuevas oportunidades para la financiación sostenible. Esto sugiere un cambio significativo en la mentalidad de los inversores, que cada vez más, priorizan la sostenibilidad en sus decisiones financieras. En conclusión, los próximos años serán clave para el sector bancario y financiero a nivel global. La adaptación a un mundo multipolar, el aprovechamiento de nuevas tecnologías y la consolidación de estrategias sostenibles marcarán la pauta para el éxito de las entidades en un mercado cada vez más complejo y competitivo. El informe de Qaracter advierte que 2025 será un año decisivo, donde las decisiones que se tomen hoy establecerán las bases para el futuro del sistema financiero global.
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