Crisis en la industria alemana: 250,000 empleos perdidos y futuro incierto

Crisis en la industria alemana: 250,000 empleos perdidos y futuro incierto

La industria manufacturera alemana enfrenta una crisis con 250,000 empleos perdidos desde la pandemia, amenazada por altos costos y competencia.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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La industria manufacturera alemana enfrenta una crisis sin precedentes que ha llevado a la pérdida de casi 250,000 empleos desde el inicio de la pandemia de COVID-19. Este alarmante descenso resalta un problema más amplio: el temido declive industrial que amenaza el corazón económico de Alemania. Los líderes políticos y las empresas están en la búsqueda de soluciones, mientras el país lidia con un entorno de altos costos energéticos, presión inflacionaria y una competencia cada vez más feroz proveniente de China. Las cifras son preocupantes. A pesar de que el empleo en general ha crecido en un 4.8% desde 2020, la manufactura ha sentido el impacto de manera más aguda, especialmente en sectores clave como la automoción. Según el grupo industrial VDA, el sector de proveedores de la industria automovilística ha perdido aproximadamente 11,000 puestos de trabajo el año pasado, un claro indicativo de la vulnerabilidad de la industria frente a la caída de la demanda. El líder de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), Friedrich Merz, ha sido una de las voces más firmes en advertir sobre el riesgo de desindustrialización en Alemania. Merz ha señalado que la fuga de capitales e inversiones hacia el extranjero podría ser irreversible si no se toman medidas inmediatas. Para él, la situación actual podría llevar a una transformación económica que afectará permanentemente la estructura industrial del país. A medida que el sector manufacturero se contrae, los índices bursátiles también reflejan la crisis. Empresas emblemáticas como Volkswagen, Thyssenkrupp y BASF han perdido una significativa parte de su valor de mercado en los últimos años, lo que pone de manifiesto la pérdida de confianza en la capacidad de la industria alemana para recuperarse. El hecho de que las ventas de Volkswagen hayan caído casi un 20% en comparación con 2019 es una señal clara de que el sector atraviesa turbulencias severas. Un aspecto crítico que enfrenta la industria alemana son los altos costos energéticos, que han superado a los de sus competidores en Estados Unidos y China. A pesar de que las quejas sobre los precios de la energía comenzaron antes de la invasión rusa a Ucrania, el conflicto ha exacerbado esta problemática. Alemania ha tenido que recurrir a gas natural licuado (GNL) más costoso, lo que ha incrementado aún más los gastos de producción. Malte Küper, experto en energía, advierte que, sin una intervención política decidida, Alemania podría quedarse estancada en su desarrollo industrial. La dependencia de la industria de los costos energéticos competitivos es palpable, y Küper sostiene que la falta de acciones podría llevar a una pérdida de atractivo como lugar de inversión a largo plazo. La situación es especialmente crítica en la industria química, que representa un pilar fundamental para la economía alemana. La dependencia de los productos químicos básicos, que requieren de energía abundante y barata, pone en riesgo miles de empleos y la viabilidad de numerosas empresas. Con la advertencia de que más de 200 fábricas podrían cerrar, el sindicato de la industria química ha señalado que se podrían perder 25,000 puestos de trabajo en el corto plazo. El pronóstico para el futuro inmediato no es optimista. Según un informe del bufete estadounidense Weil, Gotshal & Manges, la situación económica de Alemania podría empeorar en los próximos 12 meses, aumentando significativamente la probabilidad de insolvencias. Este incremento potencial en las dificultades económicas hace que la situación sea aún más crítica, al enfrentar Alemania un entorno de creciente incertidumbre. La respuesta política ante esta crisis es crucial. Friedrich Merz ha prometido reducir impuestos y costos energéticos, y ha planteado la necesidad de una colaboración entre partidos para lograr soluciones efectivas. Sin embargo, la falta de unidad entre los partidos políticos podría entorpecer cualquier intento de implementar reformas significativas. Peter Leibinger, presidente de la Federación de Industrias Alemanas, ha enfatizado la urgencia de priorizar estrategias que reactiven la economía. La percepción negativa en el ambiente empresarial se traduce en un estado de ánimo sombrío entre los industriales, lo que a su vez podría llevar a una espiral descendente en la producción y el empleo si las condiciones no mejoran pronto. La alarma está sonando y el futuro de la industria alemana depende de las decisiones que se tomen en los próximos meses.
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