La inteligencia artificial y el futuro del trabajo: ¿renta básica o recualificación?

La inteligencia artificial y el futuro del trabajo: ¿renta básica o recualificación?

La IA transforma el trabajo y genera debate sobre salario mínimo y renta básica universal para quienes no se adaptan a nuevas tecnologías.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

Juan Brignardello, asesor de seguros, y Vargas Llosa, premio Nobel Juan Brignardello, asesor de seguros, en celebración de Alianza Lima Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro Eléctrica Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro
Economía y Finanzas HACE 19 HORAS

La incorporación de la inteligencia artificial (IA) en el entorno laboral ha generado un debate profundo sobre el futuro del trabajo y las desigualdades que podría acentuar. La pregunta que muchos se hacen hoy es si debería establecerse un salario mínimo interprofesional (SMI) para aquellos profesionales que no logran adaptarse a las nuevas herramientas tecnológicas que la IA ofrece. En este contexto, algunos expertos proponen la implementación de una renta básica universal como un mecanismo para garantizar una vida digna a quienes queden relegados en esta nueva era digital. La realidad es que el mercado laboral se está transformando rápidamente y los profesionales que no dominan la IA se enfrentan a un panorama cada vez más complicado. Las empresas, en búsqueda de la mayor eficiencia y competitividad, tienden a descartar a aquellos que no se adaptan a las exigencias del nuevo entorno laboral. Como resultado, dominando las herramientas de IA se ha convertido no solo en una ventaja, sino en una necesidad vital para el empleo. Sin embargo, la propuesta de un subsidio o renta básica universal no está exenta de controversia. Algunos expertos argumentan que esta medida podría desalentar la reinvención profesional y la adaptación a las nuevas tecnologías. La llamada "prima de inteligencia artificial", que podría traducirse en un aumento salarial de hasta un 30% para aquellos que poseen habilidades en IA, refuerza la idea de que el mercado está polarizándose, dejando atrás a quienes no logran actualizarse. El futurista Bernard Marr y el historiador Yuval Noah Harari son solo algunos de los nombres prominentes que han levantado la voz sobre la creciente brecha que la IA podría generar en la sociedad. Harari advierte que podríamos enfrentar el surgimiento de dos clases sociales: una élite tecnológica y una masa de personas que se vuelven económicamente irrelevantes. En este sentido, la renta básica universal se presenta como un potencial salvavidas que podría mitigar esta desigualdad. El empresario Elon Musk también ha hecho eco de esta preocupación, sugiriendo que a medida que la IA avance, la existencia de un ingreso básico será fundamental para mantener la cohesión social. Sam Altman, CEO de OpenAI, ha propuesto que la riqueza generada por la IA podría permitir a cada adulto en Estados Unidos recibir un apoyo anual significativo. Este tipo de propuestas sugieren que la IA no solo tiene el potencial de transformar industrias enteras, sino también de replantear nuestras estructuras socioeconómicas. Mientras algunos ven la renta básica como un puente necesario durante esta transición, otros creen que no es una solución sostenible. Kai-Fu Lee, expresidente de Google China, sostiene que si bien la renta básica podría servir como un soporte durante la transición, no es la respuesta definitiva. Lee enfatiza la importancia de que los trabajadores se adapten y utilicen la IA como herramienta para potenciar su labor, destacando que las habilidades humanas seguirán siendo valiosas en el futuro. Por otro lado, la disyuntiva entre la necesidad de adaptación y la posibilidad de subsidios plantea una serie de interrogantes sobre qué medidas deberían implementarse. Algunas voces en el sector laboral afirman que la mejor alternativa sería fomentar políticas de recualificación profesional, en lugar de ofrecer una renta básica. Javier Blasco, director de The Adecco Institute, argumenta que una prestación decreciente que incentive la formación es más eficaz que un ingreso básico incondicional. La necesidad de capacitar a los trabajadores para que puedan aprovechar las nuevas tecnologías es más urgente que nunca. Un estudio reciente de Hays en España revela que, aunque un gran porcentaje de profesionales se considera capacitado, muchas empresas señalan la falta de habilidades adecuadas como un obstáculo para la adopción de nuevas tecnologías. Esto indica una desconexión entre la percepción de competencia profesional y la realidad del mercado. A medida que la IA redefine el mercado laboral, la urgencia de implementar políticas efectivas se vuelve crítica. Si bien existen ejemplos de experiencias piloto en otros países que han explorado la renta básica, los resultados varían y generan más preguntas que respuestas. La cuestión de si adoptar un modelo de renta básica universal o fomentar la recualificación sigue siendo un tema de intenso debate. El desafío radica en que la IA no solo está cambiando las tareas que realizamos, sino que está reconfigurando la naturaleza misma del trabajo. Mientras algunas profesiones desaparecen, otras emergen, y la capacidad de los trabajadores para adaptarse a esta nueva realidad será fundamental para su supervivencia en el mercado laboral. En resumen, la discusión sobre cómo abordar los efectos de la IA en el empleo es multifacética. Hay quienes ven en la renta básica universal una solución necesaria para evitar la creación de una sociedad dividida, mientras que otros enfatizan la importancia de la adaptación y la capacitación. En cualquier caso, el avance de la IA nos invita a replantear nuestro concepto de trabajo y a considerar qué medidas podemos tomar para garantizar que todos tengan la oportunidad de prosperar en esta nueva era.

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