España enfrenta presión creciente para aumentar inversión en defensa ante inestabilidad global

España enfrenta presión creciente para aumentar inversión en defensa ante inestabilidad global

España enfrenta presión para aumentar su gasto en defensa, actualmente el más bajo en la OTAN, en un contexto de inestabilidad global.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Economía y Finanzas HACE 14 HORAS

La reciente reunión de ministros de Economía y Finanzas de la eurozona ha puesto de manifiesto la creciente presión que enfrenta España para aumentar su inversión en defensa. Valdis Dombrovskis, comisario europeo de Economía, advirtió sobre la urgencia de este incremento en un contexto de inestabilidad global. La realidad es que, tras un periodo que se podría calificar como el "dividendo de la paz" post-Guerra Fría, el entorno internacional ha cambiado drásticamente, obligando a las naciones a replantearse sus prioridades en seguridad y defensa. En este sentido, España se encuentra en una situación delicada, ya que su gasto en defensa sigue siendo el más bajo en relación a su Producto Interno Bruto (PIB) entre los miembros de la OTAN. Aunque el presupuesto militar español alcanzó los 19.723 millones de euros en 2023, esto representa solo el 1,28% del PIB del país. La reciente mejora del PIB español, que creció un 3,2% en 2024, ha reducido aún más el porcentaje destinado a defensa, colocándolo en un preocupante 1,238%. Esta cifra resalta la creciente brecha entre España y sus aliados en la OTAN. Mientras Polonia destina un 4,12% de su PIB a defensa, Estados Unidos un 3,38% y varios países europeos superan el umbral del 2%, España parece rezagarse. Esta tendencia ha generado un clima de urgencia en el que el gobierno español debe actuar rápidamente para cumplir con el compromiso asumido durante la cumbre de la OTAN en Madrid en 2022. En esa ocasión, España se comprometió a alcanzar el 2% del PIB en gasto militar para 2029, pero las circunstancias actuales exigen una revisión de este plazo. El aumento del gasto militar en España no solo es una cuestión de presión externa, sino que también responde a un cambio en la política global, especialmente con la posible reelección de Donald Trump en Estados Unidos. Trump ha manifestado su intención de que todos los países de la OTAN alcancen un gasto en defensa del 5%, lo que representaría un incremento monumental para España, elevando su presupuesto militar a 60.000 millones de euros anuales. Este contexto plantea serias dificultades para el gobierno español, que ya enfrenta desafíos para cumplir con el objetivo del 2% del PIB. Para alcanzar esa meta, el gasto militar tendría que aumentar de 19.700 millones a 32.000 millones de euros, lo que representa un incremento del 62%. Sin embargo, el panorama no es sencillo: el gobierno carece de presupuestos aprobados para 2025 y deberá operar con prórrogas y créditos extraordinarios, lo que complica aún más la situación. El apoyo político también es incierto. Mientras el PSOE ha admitido la necesidad de aumentar la inversión en defensa, el partido Sumar ha abogado por priorizar la "eficiencia" del gasto, lo que podría complicar la redacción del presupuesto necesario para cumplir con las exigencias de la OTAN. Esta disparidad en la visión de las prioridades de gasto refleja un desafío interno que el gobierno tendrá que abordar con cautela. En medio de este panorama, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) ha recordado que el gasto militar que se computa según los estándares de la OTAN incluye elementos como las pensiones militares, lo que podría ofrecer cierta flexibilidad en la contabilidad. Sin embargo, esto no elimina la urgencia de una reestructuración significativa del gasto, que tradicionalmente ha estado más orientado hacia el bienestar social. El futuro cercano se presenta incierto para España en términos de defensa. La presión internacional, combinada con las dinámicas políticas internas y un entorno económico en constante cambio, obligará al gobierno a encontrar un equilibrio entre sus compromisos de defensa y las necesidades sociales de su población. La respuesta a esta crisis de seguridad y la adecuación de las políticas de defensa determinarán no solo la posición de España dentro de la OTAN, sino también su propia seguridad nacional y su capacidad para enfrentar posibles amenazas en un mundo cada vez más volátil.

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