Tensiones comerciales entre EE. UU. y México aumentan ante amenazas de aranceles

Tensiones comerciales entre EE. UU. y México aumentan ante amenazas de aranceles

Trump amenaza con un arancel del 25% a importaciones mexicanas, lo que podría afectar gravemente la economía de México y su dependencia comercial.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Las tensiones comerciales entre Estados Unidos y México están a punto de intensificarse, a medida que el expresidente Donald Trump amenaza con imponer un arancel del 25% sobre las importaciones mexicanas. Esta medida, que se había previsto inicialmente para febrero, ahora se ha pospuesto hasta abril, abriendo un pequeño paréntesis para posibles negociaciones entre ambos países. Sin embargo, el impacto de esta posibilidad ya se siente en el ambiente económico de México, cuyo tejido productivo podría verse gravemente afectado por esta decisión. Según un análisis de Moody's, la economía mexicana, altamente dependiente del comercio con su vecino del norte, enfrentaría una situación complicada. Más del 80% de las exportaciones mexicanas tienen como destino Estados Unidos, lo que representa alrededor del 30% del Producto Interno Bruto (PIB) del país. Esta dependencia convierte a México en un eslabón vulnerable en la cadena de comercio internacional, y cualquier cambio en las políticas arancelarias podría desestabilizar su economía de manera significativa. La calificadora Moody's ha advertido que la implementación de los aranceles propuestos podría llevar a una depreciación del peso mexicano. Esta depreciación no solo afectaría el valor de la moneda, sino que también podría incrementar la inflación en el país, limitando la capacidad del Banco de México para aplicar políticas de estímulo económico. La combinación de una moneda débil y una inflación creciente podría generar un escenario desfavorable para la economía mexicana, ya que el gobierno se vería obligado a lidiar con una mayor presión fiscal. Los sectores más vulnerables a esta situación serían, sin duda, la industria automotriz, la manufactura y la tecnología. Estas industrias operan bajo un modelo de producción altamente integrado, donde las cadenas de suministro transnacionales son fundamentales. La imposición de aranceles no solo afectaría a los exportadores mexicanos, sino que también tendría repercusiones en Estados Unidos, donde las empresas dependen en gran medida de los insumos provenientes de México. Con más del 70% de las importaciones estadounidenses de estos sectores originándose en México, se anticipa que las empresas estadounidenses también enfrentarían interrupciones y aumentos de costos significativos. Además, los efectos podrían extenderse más allá de las fronteras de ambos países. Moody's ha señalado que la presión inflacionaria resultante de estos aranceles podría llevar a México a considerar medidas de represalia, lo que complicaría aún más los esfuerzos del gobierno para reducir el déficit fiscal. Esta situación no solo afectaría el entorno económico local, sino que también podría aumentar la vulnerabilidad del perfil crediticio del país, afectando su atractivo para la inversión extranjera. Sin embargo, no todo el panorama es sombrío. Moody's también ha identificado un efecto colateral que podría beneficiar a México: el sector turístico. Un peso más débil podría hacer que los destinos turísticos en México sean más accesibles para los turistas estadounidenses, quienes representaron el 69% de los visitantes internacionales en 2023. Esto podría traducirse en un aumento en la afluencia de turistas, lo que ofrecería un alivio temporal a la economía mexicana ante un contexto de desaceleración comercial. La capacidad de México para manejar esta crisis dependerá en gran medida de la voluntad de ambos países para entrar en negociaciones y encontrar soluciones diplomáticas. La historia ha demostrado que las tensiones comerciales no solo afectan a los países directamente involucrados, sino que también generan ondas expansivas en la economía global. En este sentido, el tiempo dirá si las amenazas de Trump se materializarán o si, por el contrario, se logrará alcanzar un acuerdo que evite el establecimiento de aranceles que podrían perjudicar gravemente a ambas naciones. Los próximos meses serán cruciales para observar cómo se desarrollan las relaciones comerciales entre México y Estados Unidos. La incertidumbre ronda el futuro económico de México, mientras que el gobierno busca estrategias que le permitan mitigar los efectos negativos de una posible guerra comercial. La comunidad empresarial y los consumidores están en alerta, esperando decisiones que podrían cambiar por completo el rumbo de la economía mexicana. La situación también plantea un dilema importante sobre cómo los países deben prepararse para enfrentar los riesgos asociados con la dependencia económica. La diversificación de mercados y la búsqueda de nuevos socios comerciales emergen como estrategias vitales para fortalecer la resiliencia económica de México. Solo el tiempo podrá demostrar si el país será capaz de adaptarse a esta nueva realidad o si se verá arrastrado a una crisis económica aún más profunda.

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