Crisis en el sector hidrocarburos de Perú: reservas de gas en alarmante descenso

Crisis en el sector hidrocarburos de Perú: reservas de gas en alarmante descenso

Perú enfrenta una crisis en el sector de petróleo y gas, con reservas en declive y conflictos sociales, mientras se busca reactivar la producción.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

Juan Brignardello, asesor de seguros, y Vargas Llosa, premio Nobel Juan Brignardello, asesor de seguros, en celebración de Alianza Lima Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro Eléctrica Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro

La situación del petróleo y gas en Perú se encuentra en una encrucijada. Los recientes comentarios de María Julia Aybar, presidenta del comité sectorial de hidrocarburos de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), resaltan la crisis que enfrenta el país en este sector estratégico. Con una producción de petróleo en declive por la paralización de operaciones en la selva norte debido a conflictos sociales y ambientales, la situación se torna crítica, especialmente ante la alarmante disminución de las reservas de gas natural. Las estadísticas más recientes indican que las reservas de gas han caído a la mitad en los últimos ocho años, disminuyendo de 16,1 a 8,4 trillones de pies cúbicos. Este descenso implica que el país solo tiene suficiente stock para 16,7 años de consumo, dejando atrás las proyecciones optimistas de 35 a 40 años. Esta tendencia es inquietante, especialmente considerando que no se han realizado descubrimientos significativos en el sector desde 2013, como señala Carlos Bianchi, ex gerente de exploraciones de Perú-Petro. La falta de inversión en exploración es uno de los factores que ha llevado a esta crisis. La inversión en este ámbito ha caído drásticamente, de US$946 millones en 2012 a apenas US$2,2 millones en 2022. Esta reducción no solo afecta la producción y las reservas de hidrocarburos, sino que también ha generado un descenso en la matrícula de estudiantes en las escuelas de ingeniería de petróleo, reflejando un desencanto con el futuro de la industria. Los efectos de esta crisis se sienten especialmente en las comunidades que han dependido históricamente de la industria petrolera para su sustento. En Loreto, muchos habitantes de las cuencas fluviales han tenido que migrar hacia el único campo productor activo en la selva norte, el lote 95, operado por Petrotal. Esta migración ha duplicado la población en el distrito de Puinahua, generando tensiones y demandas sociales que la empresa ha tenido que atender con bonos económicos. Frente a esta problemática, el Gobierno ha comenzado a tomar medidas para reactivar la actividad de hidrocarburos. En un reciente evento, la viceministra de Hidrocarburos, Iris Cárdenas, reafirmó la necesidad de comenzar por la reactivación de los lotes más críticos, como los 67 y 39, que han sido abandonados por la empresa Perenco debido a conflictos con comunidades nativas y altos costos de producción. Sin embargo, el camino hacia la reactivación no está exento de obstáculos. La posible creación de una reserva indígena en estas áreas podría complicar aún más la situación, limitando el acceso a las empresas y dificultando la reanudación de la producción. Según Bianchi, los lotes 67 y 39 presentan reservas significativas, pero la incertidumbre social y política plantea un desafío considerable para su explotación. Además, la exploración de gas natural en la selva sur se ha convertido en una prioridad. El Minem está buscando reactivar conversaciones con Pluspetrol para explorar nuevos horizontes en Camisea y en el yacimiento Candamo, que podría albergar grandes reservas de gas. Sin embargo, cualquier avance en esta dirección podría verse afectado por la resistencia de las comunidades locales y los estrictos requisitos ambientales. Por otro lado, el desarrollo de proyectos offshore frente a las costas de La Libertad y Ancash podría ofrecer una alternativa más viable y rápida para aumentar las reservas de gas. Anadarko, que está llevando a cabo una ambiciosa campaña de exploración sísmica, podría abrir un nuevo capítulo en la búsqueda de hidrocarburos en el país si los resultados son positivos. Este enfoque podría incentivar a otras empresas a investigar el potencial del offshore peruano, diversificando así las fuentes de producción. La situación actual del sector hidrocarburífero en Perú es un reflejo de la compleja interacción entre la política, el medio ambiente y la economía. La necesidad urgente de invertir en exploración y producción se enfrenta a un paisaje de conflictos sociales y demandas ambientales. Si el país no actúa con rapidez y efectividad, podría compartir el destino de otros países de la región que se enfrentan a un futuro incierto en términos de suministro energético. El tiempo corre y la necesidad de garantizar la seguridad energética del Perú se torna cada vez más apremiante. Sin un enfoque proactivo hacia la inversión en exploración y la gestión de conflictos sociales, el panorama para el petróleo y gas en el Perú podría volverse aún más sombrío. La industria se encuentra en un momento decisivo, y las decisiones que se tomen ahora moldearán el futuro energético del país por años venideros.

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