Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
ComexPerú ha lanzado un claro y contundente llamado al Gobierno para que tome decisiones urgentes sobre el futuro de Petroperú, la principal empresa petrolera del país. En un contexto donde la situación financiera de la compañía es alarmante y se encuentra en una crisis que pone en riesgo su operatividad, el gremio empresarial ha insistido en que es imperativo actuar con rapidez para evitar una mayor desestabilización. La crítica hacia la gestión actual de Petroperú no es nueva. ComexPerú ha señalado que la empresa estatal ha estado operando con pérdidas constantes, lo que ha llevado a que, de manera recurrente, solicite rescates financieros al Estado. Este ciclo de pérdidas y rescates no solo afecta a la compañía, sino que también impacta negativamente en el presupuesto nacional, desvió recursos que podrían ser utilizados en proyectos que mejoren la calidad de vida de los peruanos. El comunicado del directorio de Petroperú se hacía eco de esta problemática, indicando que "en las condiciones actuales la gestión se hace insostenible". Esta afirmación resuena con la realidad que enfrenta la empresa, donde los problemas de gestión y la falta de un plan claro han llevado a la urgencia de una reestructuración profunda. En el mensaje a la nación del pasado 28 de julio, la presidenta Dina Boluarte había prometido acciones para lograr la autosostenibilidad de Petroperú, incluyendo medidas de austeridad y una reestructuración organizacional. Entre las propuestas, se mencionó el traslado de personal a Talara y la posible venta de activos, decisiones que buscan dotar a la empresa de un nuevo rumbo y viabilidad financiera. Sin embargo, el tiempo ha pasado y, a pesar de las promesas, el Gobierno aún no ha tomado una decisión clara. Este estancamiento ha generado incertidumbre tanto dentro de la empresa como en el mercado, poniendo en duda la capacidad del Estado para manejar adecuadamente una de sus empresas estratégicas. Un reciente comunicado de Petroperú ha dejado en claro que las opciones que contempla el Gobierno son limitadas: seguir inyectando capital, aceptar la quiebra o liquidación, o implementar una reestructuración que sea confiable y creíble. Cada una de estas opciones tiene implicaciones significativas no solo para la empresa, sino también para la economía del país y el bienestar de los ciudadanos. La falta de acción por parte del Gobierno ha llevado a que el directorio de Petroperú emita un ultimátum, destacando que si no se toman decisiones en el corto plazo, podría ser inviable continuar en la dirección actual. Esta presión refleja la urgencia de abordar la situación antes de que sea demasiado tarde, y la necesidad de un liderazgo firme y decidido en el manejo de los recursos del Estado. Es evidente que la situación de Petroperú es una prueba de fuego para el Gobierno. Enfrentar este desafío no solo implica decisiones difíciles, sino también la responsabilidad de asegurar que las acciones tomadas beneficien a todos los peruanos. La historia reciente ha demostrado que los malos manejos pueden tener consecuencias devastadoras, por lo que es crucial que las decisiones futuras se basen en principios de transparencia y responsabilidad. Los llamados de ComexPerú y otros actores de la sociedad civil son un recordatorio de que la administración pública debe priorizar el bienestar general por encima de intereses particulares. La gestión de Petroperú es un asunto de interés nacional y su resolución podría ser un paso crucial hacia la restauración de la confianza en las instituciones estatales. Finalmente, el futuro de Petroperú no es solo una cuestión de números en un balance, sino que tiene un impacto directo en miles de trabajadores, en la economía local y en la capacidad del país para gestionar sus recursos estratégicos. La urgencia de una respuesta del Gobierno es innegable, y el tiempo para actuar se agota.