Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Durante el foro "Perspectivas 2025: evaluar, planificar y crecer" organizado por Diario Gestión, los panelistas coincidieron en que la infraestructura es vital para impulsar el crecimiento de la economía peruana. Entre los participantes, Evans Avendaño, CEO de Aeropuertos del Perú (AdP), expuso una preocupación central: la complejidad y lentitud de los procesos necesarios para llevar a cabo proyectos de inversión pública en el país. Avendaño destacó que, aunque AdP es una empresa privada, sus proyectos se consideran inversión pública debido a su naturaleza de concesión autocofinanciada. Esto implica que, a pesar de ser responsables de la inversión, deben atravesar un laberinto burocrático que, según su análisis, impone las ineficiencias del sector público al privado. Esta dinámica crea un escenario donde las expectativas de desarrollo se ven frustradas a causa de la inercia administrativa. El CEO de AdP también abordó la duración promedio de estos procesos, que, según sus estimaciones, puede tardar cerca de 10 años en completarse. Esto incluye la necesidad de cumplir con diversos requisitos y pasar por etapas como la elaboración de planes, perfiles y expedientes técnicos. Este tiempo representa una carga significativa para el desarrollo de proyectos, especialmente en un sector tan crucial como el de la aviación y la infraestructura aeroportuaria. Uno de los puntos críticos que Avendaño subrayó fue la falta de atención hacia los aeropuertos regionales en el reciente mensaje presidencial. A pesar de ser esenciales para la conectividad y el desarrollo económico local, estos proyectos no fueron mencionados en un contexto donde se exige un compromiso renovado con la infraestructura. Según Avendaño, esto refleja una desconexión entre las necesidades del país y las prioridades del gobierno. Leonie Roca, presidenta de AFIN, Manuel Van Oordt, CEO de LATAM Airlines Perú, y Juan José Salmón, CEO de Lima Airport Partners, también formaron parte del panel, aportando diferentes perspectivas sobre la importancia de la infraestructura para el crecimiento económico. Sus intervenciones resaltaron cómo la infraestructura no solo influye en la eficiencia operativa de las empresas, sino que también impacta directamente en la calidad de vida de los ciudadanos. El evento fue complementado por la participación de figuras clave como Adrián Armas, gerente central de Estudios Económicos del BCRP, y los ministros de Economía y Finanzas y de Transportes y Comunicaciones, José Arista y Raúl Pérez Reyes, respectivamente. Sus intervenciones ofrecieron un panorama más amplio sobre los desafíos y oportunidades que enfrenta la infraestructura en Perú. El regreso de "Perspectivas", tras la pausa provocada por la crisis sanitaria del COVID-19, simboliza un esfuerzo por retomar un legado de diálogo sobre temas cruciales para el país. En su primera edición en 2013, el evento se estableció como un punto de encuentro entre el sector público y privado, y se espera que su reactivación impulse nuevas iniciativas y propuestas que beneficien a la economía nacional. Sin embargo, los desafíos son significativos. La necesidad de modernizar y agilizar los procesos que rigen la inversión pública se vuelve evidente en un contexto donde la competitividad global exige respuestas rápidas y efectivas. La voz de los líderes empresariales como Avendaño es un llamado a la acción para que las autoridades reconsideren y simplifiquen el marco normativo que regula la infraestructura. En este sentido, queda por ver si el gobierno tomará en cuenta estas preocupaciones y si se implementarán cambios que faciliten la realización de proyectos que son esenciales para el crecimiento sostenible del país. La espera de más de una década para concretar inversiones críticas no puede ser la norma, y es imperativo que tanto el sector público como el privado trabajen de la mano para superar estas barreras. La economía peruana, en sus proyecciones de crecimiento para los próximos años, depende de una infraestructura robusta y eficiente. Sin un compromiso claro y acciones efectivas, el potencial de desarrollo se ve comprometido, afectando tanto a las empresas como a las familias que aspiran a un futuro próspero.