Bancos centrales de América Latina enfrentan dilemas inflacionarios y tasas inciertas

Bancos centrales de América Latina enfrentan dilemas inflacionarios y tasas inciertas

Los bancos centrales de América Latina enfrentan un dilema entre controlar la inflación y flexibilizar tasas, en medio de un contexto incierto.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Los bancos centrales de América Latina están atravesando un momento crucial en la gestión de sus políticas monetarias, enfrentándose a un dilema que podría definir su credibilidad y su capacidad para controlar la inflación. Tras haber tomado la delantera en el endurecimiento de las políticas monetarias durante el período más crítico de la pandemia de Covid-19, ahora se encuentran bajo presión para flexibilizar las tasas de interés en un contexto donde los temores inflacionarios están resurgiendo y las divisas de la región se debilitan frente al dólar estadounidense. Gerónimo Mansutti, analista de crédito para América Latina de Tellimer, ha señalado que la situación actual representa una coyuntura crítica, con un aumento en los riesgos inflacionarios que puede complicar aún más la labor de los bancos centrales. La inflación, que había mostrado signos de desaceleración en el pasado, ha dejado de caer y en algunos casos ha comenzado a repuntar, lo que complica los esfuerzos por estabilizar los precios. Esta situación se ve agravada por la debilidad de las monedas locales, lo que a su vez podría generar más presión sobre los precios de los productos importados. En este contexto, el Banco Central de Brasil ha optado por mantener su tasa de interés en el 10.5% por segunda reunión consecutiva, a pesar de las insistencias del presidente Luiz Inácio Lula da Silva para recortarla. Los miembros del consejo del banco ahora ven más riesgos a la alza para la inflación que a la baja, lo que ha llevado a muchos economistas a predecir que Brasil podría iniciar un ciclo de incrementos en las tasas a partir de septiembre. Esta decisión contrasta con la postura más cautelosa adoptada por Chile, que ha mostrado estabilidad tras realizar ocho recortes consecutivos en sus tasas. Otros países de la región, como Colombia y Perú, han optado por mantener un enfoque moderado en sus políticas. El Banco de la República de Colombia realizó un recorte de 50 puntos básicos a su tasa de interés, llevando la misma a 10.75%, mientras que Perú recortó 25 puntos básicos a 5.5%. En México, el Banco de México, que había estado dividido en sus decisiones, también optó por bajar su tasa en 25 puntos básicos, aunque su gobernadora, Victoria Rodríguez, ha expresado que espera que el reciente repunte de la inflación sea temporal. La presión sobre las tasas de interés es constante, especialmente ante la posibilidad de que la Reserva Federal de EE.UU. implemente un recorte en su próxima reunión. Si los países de la región siguen a la Fed en esta dirección, podrían perder el atractivo que normalmente ofrece el diferencial de tasas, lo que podría debilitar aún más las divisas locales. En este sentido, el real brasileño y el peso mexicano se han comportado entre las monedas emergentes más débiles frente al dólar este año, afectadas por preocupaciones fiscales y turbulencias políticas. La situación en Brasil se complica aún más con la inminente salida del presidente del banco central, Roberto Campos Neto, quien ha resistido las presiones del gobierno para reducir las tasas. Campos Neto ha enfatizado la importancia de mantener la credibilidad del banco central, indicando que si es necesario, se procederá con un aumento de las tasas. Su posible sucesor, Gabriel Galipolo, también ha adoptado un tono más estricto, sugiriendo que la política monetaria podría volverse más restrictiva. En medio de este complejo panorama, las condiciones externas, como las preocupaciones en torno a una posible recesión en EE.UU. y los efectos de los aumentos de tasas en Japón, han contribuido a aumentar la incertidumbre en la región. Asimismo, las dudas sobre la sostenibilidad del "carry trade", que había beneficiado a las divisas brasileña y mexicana, se han intensificado, aunque recientemente se ha observado un flujo notable de inversiones en América Latina. Alejo Czerwonko, director de inversiones para mercados emergentes en UBS Global Wealth Management, ha apuntado que Brasil enfrenta problemas únicos que pueden llevar a una política monetaria más restrictiva. Esto contrasta con el resto de la región, que se encuentra en una posición más favorable para relajar sus políticas monetarias. "Nadie habría pensado que Latinoamérica estaría en posición de liderar el mundo en términos de ciclo de política monetaria", concluyó Czerwonko, reflejando el sentimiento de cautela y expectativa que caracteriza a la región en este momento crucial. La situación actual pone de manifiesto la delicada balanza que deben manejar los bancos centrales, buscando un equilibrio entre la necesidad de estimular el crecimiento económico y el imperativo de controlar la inflación. A medida que se aproximan decisiones cruciales en los próximos meses, la atención estará puesta en cómo cada país enfrenta estos desafíos y las implicaciones que ello tendrá para sus economías y sus poblaciones. La capacidad de los bancos centrales para navegar por este complejo panorama podría tener un impacto profundo en la estabilidad económica de América Latina en el futuro cercano.

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