Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
El anuncio de cierres en el sector industrial ha despertado una preocupación palpable entre los actores económicos y sociales en España. Carlos Reinoso, portavoz de la Alianza por la Competitividad de la Industria Española, ha dejado claro que cuando una empresa decide cerrar sus puertas, no es una decisión trivial ni placentera, sino una señal de que ha habido un fracaso colectivo en la capacidad de mantener su competitividad. En este sentido, la Alianza, que representa el 60% de la producción industrial del país, se posiciona con fuerza ante la inminente presentación del anteproyecto de la nueva Ley de Industria, que actualiza un marco normativo que ha permanecido casi inalterado desde 1992. Reinoso ha expresado su optimismo por el hecho de que el Gobierno esté trabajando en un nuevo marco regulatorio que aspire a fomentar la autonomía estratégica en la industria. Sin embargo, también ha manifestado que el borrador del anteproyecto, aunque introduce mejoras significativas, aún no alcanza el nivel de ambición y concreción que la situación requiere. Asegura que el desarrollo de una política industrial robusta es esencial no solo para prevenir el cierre de fábricas, sino para garantizar la sostenibilidad y competitividad del sector a largo plazo. La futura ley, que busca establecer bases sólidas para la política industrial española, ha sido recibida con una mezcla de esperanza y escepticismo por parte de los industriales. La industria ha expresado su preocupación por un posible "tsunami regulatorio", y han enfatizado que lo que más les inquieta es la posibilidad de que, una vez aprobada la ley, se produzca un estancamiento en la implementación de medidas concretas. La Alianza subraya la necesidad de que el Gobierno proporcione un cronograma claro sobre cuándo se desarrollarán las disposiciones adicionales a la ley, para evitar que el proceso se dilate indefinidamente. Reinoso ha advertido que el tiempo para actuar es crítico. Menciona ejemplos de políticas industriales en otros países, como Estados Unidos y China, que han implementado medidas agresivas para proteger y fortalecer su sector industrial. En contraposición, si España no redobla esfuerzos y recursos en esta área, corre el riesgo de quedar rezagada en la competencia internacional. A medida que la Alianza presenta sus propuestas, enfatizan que la reindustrialización del país no puede ser solo un deseo, sino una realidad acompañada de un compromiso claro y sostenido en términos de recursos humanos y financieros. Abogan por una línea de apoyo a la inversión industrial que trascienda los límites temporales de los fondos europeos, como los Next Generation, que tienen una fecha teórica de caducidad en 2026. El portavoz de la Alianza insiste en que España necesita un enfoque más ambicioso hacia la descarbonización y otras inversiones estratégicas, algo que debe ser respaldado con una visión a largo plazo y financiamiento adecuado. La propuesta de la ley también incluye la figura de la Recapi, destinada a asegurar los suministros de recursos esenciales durante crisis, un punto que ha generado debate sobre la viabilidad y sostenibilidad de mantener producciones no rentables. La autonomía estratégica, según Reinoso, debería enfocarse más en crear condiciones competitivas que atraigan inversiones de manera natural, en lugar de depender de reservas artificiales. Este punto de vista destaca una preocupación sobre la creación de un Comité de Inversiones Estratégicas, que estará bajo la supervisión de la Moncloa, ya que podría limitar la capacidad de las empresas para operar en un mercado libre y competitivo. En el contexto del proceso legislativo que se avecina, la Alianza espera que se logre un consenso político que refleje sus preocupaciones y propuestas. Sin embargo, la clave del éxito dependerá en gran medida de cómo se integren las comunidades autónomas en esta nueva estructura y qué papel desempeñen en la implementación de la ley. La industria no solo está en juego; el futuro económico de España puede estar en la balanza. Con los ojos puestos en la reactivación del sector, es imperativo que las decisiones que se tomen en los próximos meses sean visionarias, concretas y, sobre todo, efectivas para garantizar el crecimiento y la competitividad de la industria española en el escenario global. La colaboración entre el gobierno y los industriales será esencial en este viaje hacia la reindustrialización y la autonomía estratégica que España anhela.