Manuel Bravo lidera el CEG en México ante desafíos de inversión extranjera

Manuel Bravo, presidente del Consejo de Empresas Globales (CEG) en México, ha tomado las riendas en un momento crucial para la inversión extranjera en el país. Con más de 60 compañías multinacionales bajo su representación, su liderazgo llega en un contexto de cambios políticos y económicos tanto en México como en Estados Unidos. Bravo, que también es consejero delegado de Bayer en el país, ha manifestado su preocupación por las reformas judiciales que podrían impactar en la imparcialidad del sistema y, por ende, en la confianza de los inversores. La reciente promesa de Donald Trump de imponer aranceles a las importaciones ha dejado inquietud en el sector privado. Este anuncio ha llevado incluso a figuras como Elon Musk a modificar sus planes de inversión en México. A pesar de estos desafíos, Bravo se mantiene optimista respecto a las proyecciones económicas a corto plazo, señalando que 2024 y 2025 podrían ser años prometedores gracias a la localización de las cadenas productivas. "Confiamos en que las políticas de la nueva administración estarán orientadas a facilitar el crecimiento y aprovechar las oportunidades geopolíticas", expresó. Sin embargo, el tema del nearshoring, que ha sido tan discutido en los últimos tiempos, se presenta como una realidad. Según Bravo, durante la administración de López Obrador, la inversión por parte de empresas globales alcanzó los 52,000 millones de dólares, lo cual refleja un cambio tangible en el panorama de inversión. No obstante, reconoce que aún hay mucho trabajo por hacer para atraer más capital extranjero, destacando la necesidad de infraestructura robusta y un marco jurídico que garantice la certeza jurídica. La conversación se torna más preocupante cuando se menciona la reforma judicial que se espera sea aprobada en septiembre. Bravo enfatiza la importancia de un Poder Judicial fuerte y profesionalizado, ya que considera que cualquier debilidad en este aspecto podría comprometer la imparcialidad y, por ende, la confianza de los inversores. "La independencia judicial es uno de los principios que debemos mantener en la mesa de discusión", afirmó, subrayando que México debe cumplir con los compromisos internacionales que ha adquirido. En este sentido, la relación entre el gobierno mexicano y las empresas extranjeras se torna crítica. Bravo señala que el futuro de estas relaciones dependerá de cómo se gestionen las reformas y la capacidad del nuevo gobierno para fomentar un entorno propicio para los negocios. "La certeza jurídica es la piedra angular de las inversiones", comenta, insistiendo en que el próximo gobierno deberá priorizar la seguridad y la profesionalización del sector judicial. Durante la entrevista, Bravo también se distancia del polémico tema del maíz transgénico, al señalar que su papel como presidente del CEG no implica abordar controversias individuales de empresas específicas. Sin embargo, su experiencia en Bayer lo coloca en una posición única para entender las complejidades de la regulación agrícola en México. Al respecto, sugiere que la mejor manera de abordar estos desafíos es a través del diálogo y la colaboración con las autoridades competentes. El presidente del CEG también se muestra receptivo a la idea de reformas laborales en el horizonte. Si bien reconoce que el impacto de estas reformas puede variar entre las diferentes industrias, destaca la importancia de promover la diversidad, la inclusión y la equidad en el entorno laboral. "La equidad de oportunidades es fundamental para el crecimiento y desarrollo del país", menciona, lo que refleja una visión más amplia que incluye no solo la rentabilidad, sino también el bienestar social. Con la mirada puesta en el futuro, Bravo parece dispuesto a colaborar con el próximo gobierno para asegurar que las políticas públicas favorezcan la inversión y el desarrollo económico en México. Sin embargo, sostiene que la implementación de estas políticas dependerá de la capacidad de los nuevos líderes para escuchar y adaptarse a las necesidades de la comunidad empresarial. "Estamos listos para trabajar juntos, pero necesitamos certezas", concluye. En resumen, la llegada de Manuel Bravo al CEG representa un llamado a la colaboración entre el sector público y privado en un momento de incertidumbre. Las decisiones que se tomen en los próximos meses serán determinantes no solo para la inversión extranjera, sino también para el futuro económico de México en un entorno cada vez más globalizado.