El maíz como protagonista: tensiones comerciales entre México y EE. UU.

El maíz como protagonista: tensiones comerciales entre México y EE. UU.

El conflicto comercial entre México y Estados Unidos por el maíz destaca la importancia de su relación agrícola. La disputa, en torno a regulaciones y acuerdos, evidencia la necesidad de cooperación para un futuro sostenible en el sector.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) ha informado recientemente sobre la venta de 133,000 toneladas de maíz a México, uno de los principales importadores de este cereal estadounidense. Esta transacción, programada para ser entregada durante la campaña 2024/2025, destaca la relevancia de la relación comercial entre ambos países en el sector agrícola. México es un mercado significativo para el maíz amarillo transgénico proveniente de Estados Unidos, con una inversión cercana a los 6,000 millones de dólares anuales en este producto. A pesar de esto, el nuevo gobierno mexicano ha declarado su decisión de desistir de la meta de reducir las importaciones de maíz amarillo y alcanzar la autosuficiencia en su producción. La disputa entre México y Estados Unidos en torno al comercio de maíz ha alcanzado un punto crítico, siendo sometida a un panel de solución de controversias del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC). Se espera que una resolución se logre en el último trimestre del año, marcando un hito en las relaciones comerciales entre ambas naciones. El conflicto se originó a partir de un decreto emitido en 2023 por México, que prohíbe el uso de maíz amarillo transgénico para consumo humano, especialmente en la elaboración de productos como harina y masa para tortillas, un alimento esencial en la dieta mexicana. Estados Unidos ha argumentado que esta medida carece de fundamentos científicos y contraviene los compromisos establecidos en el TMEC. Por su parte, México ha defendido la validez de su decreto, asegurando que no afecta las importaciones de maíz y que permite el uso del maíz amarillo transgénico como alimento para ganado, así como para aplicaciones industriales. Esta postura ha generado un debate intenso entre ambas partes, en el que se discute no solo la normativa vigente, sino también el impacto económico y social de las decisiones tomadas. La importancia del maíz en la dieta y la cultura mexicana no puede ser subestimada, siendo un pilar fundamental en la alimentación de la población. Por ello, las implicaciones de las políticas en torno a este producto trascienden lo meramente comercial, abarcando aspectos identitarios y de seguridad alimentaria. En un contexto global de incertidumbre económica y desafíos agrícolas, la estabilidad en las relaciones comerciales entre México y Estados Unidos cobra una relevancia aún mayor. Ambos países dependen en gran medida de estos intercambios para satisfacer demandas internas y mantener una cadena de suministro eficiente y sostenible. A medida que se aproxima la resolución de esta disputa, es fundamental que ambas naciones busquen vías de entendimiento y cooperación para garantizar un futuro próspero y equitativo en el sector agrícola. La capacidad de encontrar puntos en común y negociar soluciones mutuamente beneficiosas será determinante en la construcción de una relación comercial duradera y fructífera entre México y Estados Unidos.

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