La inflación en México impacta los hábitos de alimentación: precios elevados obligan a adaptarse
La inflación en México afecta los hábitos culinarios: precios elevados obligan a adaptarse y modificar elecciones alimenticias, impactando comerciantes y consumidores. Subida en precios de frutas, verduras y carne debido a factores como cambio climático. Expertos advierten sobre presiones inflacionarias. Aumento significativo en índice de precios no subyacente. Consumidores buscan alternativas más asequibles. Gobierno enfrenta inflación acumulada en frutas y verduras. Necesidad de equilibrar nutrición con economía en contexto desafiante.
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La inflación en México ha llegado a afectar incluso los hábitos de alimentación más arraigados en la cultura mexicana. Desde la tradicional adición de cilantro a los tacos hasta la presencia de verduras en caldos y guisos, los precios cada vez más elevados de frutas, verduras y carne han obligado a los consumidores a adaptarse y modificar sus elecciones culinarias.
En un recorrido por distintos establecimientos de la Ciudad de México, se pudo constatar cómo pequeños comerciantes y vendedores han tenido que ajustar sus prácticas ante el incremento desmedido de precios de productos básicos. David Reyes, proveedor de tacos al pastor, se vio obligado a reducir la cantidad de cilantro utilizado en sus salsas debido al aumento significativo en su costo, llegando a tener que racionar su uso y dejar de ofrecerlo abiertamente en su puesto de tacos.
Por otro lado, Magaly López, propietaria de una recaudería, experimentó una situación similar al dejar de ofrecer chayotes en su establecimiento debido a los constantes aumentos en su precio. La escalada en los precios de productos como el aguacate, el chayote y la naranja ha llevado a que tanto comerciantes como consumidores tengan que replantear sus opciones de compra y consumo.
La inflación al consumidor en México ha alcanzado niveles preocupantes, situándose en un 4,98% a tasa anual en junio, la cifra más alta desde junio del año anterior. Este fenómeno ha repercutido especialmente en el índice de precios no subyacente, que abarca productos con mayor volatilidad en el mercado y que se ha visto afectado por factores externos como la inestabilidad en los precios del petróleo y de algunos granos a nivel internacional.
La falta de cosechas adecuadas debido a fenómenos climáticos como sequías e inundaciones asociadas al cambio climático ha impactado negativamente en el comercio de frutas y verduras, trasladando este perjuicio al bolsillo de los consumidores finales. Según la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes en México (Anpec), productos como el aguacate y la naranja han experimentado incrementos significativos en sus precios, afectando directamente a la población.
En este escenario, el caldo de pollo, un plato reconfortante y tradicional en la dieta mexicana, también se ha visto afectado por los altos precios de los insumos necesarios para su preparación. El encarecimiento de productos como el pollo, el chayote, la calabacita y la zanahoria ha llevado a que muchos vendedores y consumidores deban replantearse la inclusión de ciertos ingredientes en sus platillos.
Expertos en economía como Gabriela Siller y Oliver Arroyo coinciden en que el cambio climático y la escasez de agua han impactado directamente en la oferta y los precios de alimentos en el país, generando presiones inflacionarias importantes, especialmente en el sector de frutas y verduras. Esto ha llevado a que los consumidores busquen alternativas más asequibles, como alimentos procesados, aunque menos saludables.
En el transcurso del gobierno de Andrés Manuel López Orador, la inflación acumulada en el sector de frutas y verduras ha sido alarmante, con incrementos significativos en productos como el chayote, la naranja y la guayaba. Este panorama ha llevado a que los mexicanos se enfrenten a la difícil tarea de equilibrar sus necesidades nutricionales con sus posibilidades económicas, teniendo que adaptar sus hábitos alimenticios en medio de una coyuntura desafiante.