Desafíos económicos en México: Desaceleración y perspectivas 2024-2025

Desafíos económicos en México: Desaceleración y perspectivas 2024-2025

La economía mexicana enfrenta una desaceleración preocupante con ajustes a la baja en el crecimiento y la creación de empleos. El nuevo gobierno deberá implementar políticas cuidadosas para evitar una recesión. La comunicación transparente será clave para mantener la estabilidad y confianza en el país.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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La economía mexicana se encuentra enfrentando una etapa de desaceleración que ha venido cobrando fuerza en los últimos meses. Si bien no se trata de una crisis aguda, es innegable que los indicadores económicos están señalando un panorama menos optimista del que se esperaba para este año. Los ajustes a la baja en las proyecciones de crecimiento por parte de diversas instituciones y analistas, así como la constante disminución en el ritmo de creación de empleos formales, son señales claras de que existen retos económicos por delante. En un inicio, se estimaba un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) mexicano para 2024 en un rango entre 2,5% y 3,5%. Sin embargo, las revisiones a la baja han sido constantes, con pronósticos actuales que sitúan el crecimiento en un rango de 2% a 2,5%. Incluso, algunos analistas prevén que la economía podría alcanzar un crecimiento de apenas 1,5% al cierre del año, lo que indica una desaceleración significativa. La evolución del PIB trimestral y del Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) confirman esta tendencia a la desaceleración, con cifras que muestran una disminución en el dinamismo económico. El crecimiento en la creación de empleos formales también ha seguido una trayectoria descendente, reflejando la debilidad del mercado laboral y su estrecha relación con la actividad económica general. La llegada de un cambio de gobierno en este contexto económico añade un elemento de complejidad a la situación. Generalmente, el inicio de una nueva administración ya implica retos económicos, pero cuando este proceso se da en medio de una desaceleración, las dificultades se multiplican. Existe el riesgo de que la desaceleración actual pueda profundizarse e incluso derivar en una recesión, especialmente considerando los compromisos de consolidación fiscal que deberá enfrentar el gobierno entrante en 2025. Ante esta coyuntura, es crucial que las autoridades económicas adopten una política fiscal y monetaria cuidadosa y estratégica. Un ajuste fiscal excesivo podría agravar la situación económica actual, mientras que una política monetaria demasiado restrictiva podría tener efectos negativos en la estabilidad financiera y en las perspectivas económicas a mediano plazo. La comunicación por parte de las autoridades económicas jugará un papel fundamental en la gestión de esta situación compleja. Mantener a los inversionistas, analistas y al público informados acerca de las medidas que se están tomando y de las perspectivas económicas a futuro será clave para generar confianza y estabilidad en un escenario desafiante como el que se vislumbra para 2024 y 2025. En definitiva, la desaceleración económica que experimenta México actualmente requiere de un enfoque cuidadoso y estratégico por parte de las autoridades, así como de la colaboración y comprensión de la sociedad en su conjunto. Afrontar los retos económicos con responsabilidad y transparencia será fundamental para superar esta etapa y sentar las bases de un crecimiento más sólido y sostenible en el futuro.
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