Petroperú: ¿demasiado grande para permitir que falle?

Petroperú: ¿demasiado grande para permitir que falle?

Petroperú se enfrenta a una crisis financiera crítica. ¿Podrá el Estado peruano encontrar una solución sin comprometer la estabilidad económica del país?

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Petroperú: ¿demasiado grande para permitir que falle? La expresión "too big to fail" (demasiado grande para fallar) ha resonado en los círculos financieros y económicos desde la crisis del 2008, cuando el gobierno de Estados Unidos intervino para rescatar a instituciones financieras que se encontraban al borde del colapso, argumentando que su quiebra podría desencadenar una crisis global. Esta premisa ha vuelto a cobrar relevancia ahora con el caso de Petroperú, la petrolera estatal peruana que se encuentra en una situación financiera crítica. Petroperú está en quiebra, con una deuda que supera 50 veces su flujo de ingresos y proyectando pérdidas por más de US$700 millones para este año. La calificación crediticia de la empresa ha sido degradada por agencias como Standard & Poors, Fitch Ratings y Apoyo & Asociados, que ven con preocupación la posibilidad de un incumplimiento en el pago de sus deudas, especialmente ante la incertidumbre de un nuevo rescate financiero por parte del Estado peruano. El Ministro de Economía, José Arista, ha anunciado un plan para "viabilizar" Petroperú en las próximas semanas, mientras que el directorio transitorio de la empresa aboga por la entrada de una gestión privada para evitar un rescate que consideran "inmoral" frente a la ciudadanía y que permita una mayor independencia de la influencia política en la administración de la petrolera. La complejidad de la situación de Petroperú la sitúa en el terreno de las empresas "too big to fail", donde su colapso podría tener consecuencias devastadoras para la economía peruana. Permitir que la compañía entre en default podría resultar en una rebaja en la calificación de riesgo del país, encarecimiento del crédito y una disminución del atractivo para inversiones, limitando así el crecimiento futuro. La solución propuesta por los expertos en mercado de capitales es un rescate gubernamental condicionado a la entrada de una gestión privada en Petroperú, garantizando su independencia y capacidad de ejecución. Sin embargo, surge la interrogante sobre si el marco legal actual permite esta operación o si sería necesario un cambio legislativo para facilitar la adquisición mayoritaria de acciones por parte de un actor privado. Esta situación plantea un desafío para el Gobierno de Dina Boluarte y el Congreso, en un contexto de fragilidad institucional y populismo. La urgencia de la situación requiere una pronta acción por parte de los ministros de Economía y de Energía y Minas, quienes deben evaluar cuidadosamente las opciones disponibles y tomar decisiones que aseguren la estabilidad financiera de Petroperú y, por ende, del país en su conjunto. En resumen, Petroperú se encuentra en una encrucijada que pone a prueba su viabilidad y la capacidad del Estado peruano para gestionar una crisis de esta magnitud. La necesidad de encontrar una solución que garantice su sostenibilidad a largo plazo sin comprometer la estabilidad económica del país es urgente. La incertidumbre sobre el futuro de la petrolera estatal plantea desafíos y requerirá decisiones valientes y estratégicas por parte de las autoridades competentes. El tiempo apremia y la responsabilidad es grande.
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