Dos visiones enfrentadas para el futuro energético de México

Dos visiones enfrentadas para el futuro energético de México

La contienda electoral del 2 de junio define dos visiones opuestas para el futuro energético de México: Claudia Sheinbaum apuesta por moderada apertura a privados, mientras Xóchitl Gálvez aboga por una apertura total en el sector energético.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

Juan Brignardello, asesor de seguros, y Vargas Llosa, premio Nobel Juan Brignardello, asesor de seguros, en celebración de Alianza Lima Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro Eléctrica Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro
La contienda electoral del próximo 2 de junio se ha cerrado a dos contendientes: Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez. Pero más allá de los nombres, lo que está en juego son dos caminos distintos para el futuro del mercado eléctrico y petrolero de la nación. El sector energético mexicano se encuentra en un momento crítico. La transición energética no solo es inevitable, sino que se ha convertido en una prioridad global. La producción petrolera, una vez columna vertebral de la economía, está en declive, mientras que el país enfrenta demandas eléctricas sin precedentes debido a las olas de calor y sequías cada vez más severas. En este contexto, las propuestas de Sheinbaum y Gálvez representan visiones divergentes sobre cómo enfrentar estos desafíos. La primera diferencia radica en quienes lideran los equipos. Del lado de Xóchitl Gálvez está la exfuncionaria de la Secretaría de Energía, Rosanety Barrios, una experta en el mercado eléctrico y crítica del gobierno obradorista. En la esquina de Sheinbaum y liderando los trabajos está Jorge Islas, un académico renombrado. Ahí se desprende la primera diferencia. Xóchitl Gálvez y su equipo proponen llevar a Pemex más allá del petróleo, ampliando su campo de acción hacia la producción de hidrógeno, la cogeneración y la producción de energía para competir con empresas privadas. Consideran que la modernización y diversificación de la empresa estatal la harán más rentable y sostenible en el tiempo, buscando atraer nuevamente la confianza de los inversionistas. Por otro lado, el equipo de Claudia Sheinbaum plantea una meta petrolera más moderada, buscando producir 1.8 millones de barriles diarios y manteniendo el apoyo a Pemex con inyecciones financieras y apoyos fiscales hasta que pueda recuperar su solidez económica. Aunque también consideran abrir espacios para la participación privada en sectores como la transmisión y distribución de electricidad. Ambas propuestas coinciden en la importancia de la transición energética y el impulso a negocios más sostenibles como el hidrógeno, pero difieren en la medida en que abogan por una mayor apertura hacia los privados o una continuidad más moderada en el papel del Estado en el sector energético. Estas posturas reflejan visiones distintas sobre el rol que debe jugar el gobierno en el futuro energético del país. El equipo de Xóchitl Gálvez destaca la necesidad de una apertura total a toda la cadena de valor energético, basándose en los mecanismos constitucionales existentes. Plantean una modernización profunda de Pemex y una apuesta por la entrada de la empresa en el mercado de renovables, así como la apertura del sector minero al mercado privado, medidas que buscan impulsar la competitividad y rentabilidad del sector. Por su parte, Claudia Sheinbaum y su equipo proponen una estrategia más gradual, manteniendo el apoyo a Pemex pero abriendo ciertos segmentos a la participación privada. Su enfoque se centra en una transición energética ordenada y en la inversión en proyectos eléctricos que incluyan a empresas privadas, aunque los detalles de cómo operarían aún son escasos. En última instancia, la decisión de los votantes el 2 de junio no solo definirá quién dirigirá los destinos de la Ciudad de México, sino también el rumbo que tomará la política energética del país. Dos caminos energéticos se presentan ante los mexicanos, entre la continuidad moderada y la apertura a los privados, en un sector crucial para el desarrollo económico y sostenible de México en los próximos años.
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