El alquiler en la era Milei: una pesadilla para los inquilinos con condiciones leoninas y precios desorbitados.
El alquiler en la era Milei se ha convertido en un infierno para los inquilinos. Tras la derogación de la ley de Alquileres, el mercado se ha inundado de contratos con condiciones abusivas y precios exorbitantes. Los contratos ahora se firman por períodos cortos, con aumentos frecuentes según la inflación. Además, los propietarios exigen depósitos altos y garantías costosas. Los precios de alquiler también son desproporcionados, especialmente en zonas como Almagro y Caballito. La alta inflación dificulta aún más la situación, ya que los ingresos de las familias no alcanzan para cubrir los alquileres. La falta de acuerdo entre las partes y la eliminación de la ley de Alquileres han generado incertidumbre y dificultades para los inquilinos.
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El panorama del alquiler en la era Milei se ha vuelto un verdadero infierno para los inquilinos. Desde la derogación de la ley de Alquileres mediante el DNU de Javier Milei, el mercado se ha visto inundado de contratos con condiciones leoninas y precios exorbitantes.
Los contratos de alquiler ahora se firman por plazos insólitos de dos años o menos, con aumentos mensuales, trimestrales o semestrales según la inflación. Además, los propietarios exigen depósitos actualizables y uno o dos meses de adelanto, junto con garantías que en muchos casos deben ser un seguro de caución o garantías personales pagas.
La situación se agrava aún más con los precios disparatados que se manejan en el mercado. Por ejemplo, en la zona de Almagro, un tres ambientes de 90 metros cuadrados puede llegar a cotizarse en $1.000.000, mientras que un dos ambientes en la misma zona se ofrece a $250.000. En Caballito, un tres ambientes con cochera puede llegar a costar $590.000, un dos ambientes $380.000, y un monoambiente $350.000.
Todo esto sucede en medio de una alta inflación que afecta los bolsillos de los inquilinos. Según el Indec, en diciembre una familia de dos adultos y dos menores necesitó percibir cerca de $500.000 para no caer en la pobreza. Sin embargo, la Encuesta Permanente de Hogares mostró que el 63,2% de la población ocupada tenía ingresos promedio de $193.000, lo que dificulta aún más el pago de los alquileres.
El presidente de la Federación de Inquilinos Nacional, Juan Arrizabalaga, denunció que no existe acuerdo entre las partes en los contratos de alquiler, sino una imposición de condiciones. Además, criticó la eliminación de la ley de Alquileres, que permitía un acuerdo entre partes más equitativo.
Por su parte, el gobierno y un sector del lobby inmobiliario intentaron instalar la idea de que había aumentado la oferta de propiedades. Sin embargo, esto ha sido cuestionado por otros referentes del sector, quienes aseguran que los precios deben bajar debido a la imposibilidad de pago por parte de los inquilinos.
En resumen, el alquiler en la era Milei se ha vuelto una pesadilla para los inquilinos, con condiciones leoninas y precios desorbitados. La derogación de la ley de Alquileres ha generado un escenario de incertidumbre y dificultades para aquellos que buscan una vivienda en alquiler.