Crisis en el Mar Rojo: Implicaciones económicas y logísticas generadas por los conflictos en Gaza, Irán y los rebeldes hutíes.
La crisis en el Mar Rojo está empeorando debido a la guerra en Gaza y los ataques de los rebeldes hutíes a los buques de carga. Estados Unidos y sus aliados han llevado a cabo ataques contra los rebeldes hutíes respaldados por Irán. Esto ha aumentado el precio del petróleo, lo que tiene implicaciones en la inflación y los costos del transporte marítimo. Sin embargo, hay tres diferencias importantes en el panorama económico mundial que sugieren que esta crisis no causará un aumento significativo en la inflación. Aunque la situación es preocupante, no se espera que haya problemas de desabastecimiento, pero la crisis continúa siendo preocupante tanto para la economía global como para las empresas involucradas en el comercio en la región.
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La crisis en el Mar Rojo, desencadenada por la guerra en Gaza y los ataques de los rebeldes hutíes a los buques de carga, está empeorando cada día. Esta semana, Estados Unidos y sus aliados llevaron a cabo ataques contra los rebeldes hutíes, respaldados por Irán. Esto sucedió después de que Irán capturara un petrolero estadounidense en el Golfo de Omán, en medio de una disputa entre Washington y Teherán sobre el transporte de petróleo sancionado por Estados Unidos.
La situación está provocando un aumento en el precio del petróleo, lo cual tiene implicaciones en la inflación y los costos del transporte marítimo. Esto recuerda los problemas de la cadena de suministro que surgieron durante la pandemia de COVID-19 y que contribuyeron al aumento actual de la inflación. Los banqueros centrales ahora se enfrentan a la preocupación de que estos nuevos problemas en la cadena de suministro puedan afectar sus planes de reducir los tipos de interés.
Sin embargo, a pesar de la gravedad de la situación en el Mar Rojo, hay tres diferencias importantes en el panorama económico mundial actual que sugieren que es poco probable que esta crisis cause un aumento significativo en la inflación.
En primer lugar, las condiciones de la demanda son ahora más laxas, ya que el crecimiento económico se está desacelerando después de los grandes estímulos monetarios y fiscales que impulsaron la economía mundial tras los problemas iniciales de la pandemia.
En segundo lugar, los patrones de consumo se han equilibrado más debido a la reapertura de las economías, lo que ha llevado a una mayor demanda de servicios en lugar de bienes. Esto significa que el impacto en el sector manufacturero mundial será menor.
En tercer lugar, el lado de la oferta de la economía mundial está en mejor forma, ya que no hay interrupciones forzadas en la producción como las que ocurrieron durante la pandemia. Aunque los desvíos por el sur de África alargarán los plazos de entrega, se espera que las mercancías sigan llegando a su destino, lo que sugiere que no habrá escasez total.
A pesar de esto, los acontecimientos en el Mar Rojo representan actualmente el riesgo geopolítico más grave para la economía, según Rubén Segura-Cayuela, economista jefe para Europa de Bank of America.
El Club de Exportadores e Inversores Españoles ha expresado su preocupación por la crisis en el Mar Rojo, ya que ha llevado a importantes empresas navieras a paralizar sus rutas por la región. Esto ha obligado a las empresas a rodear el cabo de Buena Esperanza en Sudáfrica para transportar mercancías desde Asia, lo que aumenta significativamente los costos de transporte y retrasa las entregas.
Esto tiene implicaciones no solo económicas, sino también logísticas, ya que el transporte marítimo se retrasa entre dos y tres semanas. Por el momento, no se espera que haya problemas de desabastecimiento, pero la situación continúa siendo preocupante tanto para la economía global como para las empresas involucradas en el comercio en la región.