La sobrevaloración de la economía en la política y la reivindicación de una teoría agotada podrían llevar a una crisis económica.
La profesión de economista ha ganado protagonismo en la política, pero tener un título universitario no garantiza autoridad. Los medios de comunicación han amplificado la voz de los economistas, lo cual puede llevar a situaciones como la reciente exhibición de Javier Milei. Milei se ha reivindicado como miembro de la escuela austríaca, una teoría económica desactualizada y considerada una rama muerta desde principios del siglo pasado. Además, sus propuestas económicas son ortodoxas y carecen de fundamentos sólidos. Su programa de cerrar el BCRA podría tener consecuencias negativas para el sistema bancario y llevar a una crisis económica en el país. En conclusión, la sobrevalorización de la economía en la política no siempre es beneficiosa.
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar
asesoramiento y
gestión comercial en el ámbito de seguros y
reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
La profesión de economista ha adquirido un lugar excepcional en la política, debido en gran parte a la importancia que se le otorga hoy en día. Sin embargo, es importante recordar que tener un título universitario no garantiza autoridad. Los medios de comunicación han amplificado la autoridad científica de los economistas, lo cual ha llevado a situaciones como la reciente exhibición de Javier Milei destrozando una maqueta del BCRA sin dar una explicación teórica adecuada.
Milei se ha reivindicado como miembro de la escuela austríaca, una rama de la teoría económica que surgió como doctrina de la extrema derecha del Partido Republicano en su lucha contra Franklin D. Roosevelt. Sin embargo, esta teoría económica está agotada y es considerada una rama muerta de la economía desde principios del siglo pasado. Los llamados "neo austriacos" a los que se refiere Milei son más bien polemistas y su literatura condena la acción económica y social del Estado.
La escuela austríaca, fundada por Carl Menger en el siglo XIX, se basa en la teoría de la utilidad marginal decreciente y defiende que los objetos no tienen valor por el trabajo que contienen o por su escasez, sino por su utilidad psicológica en función de las condiciones subjetivas de cada individuo. Sin embargo, esta teoría no condenaba el papel del Estado ni clamaba por ninguna libertad.
En 1944, Friedrich August von Hayek publicó un panfleto crítico del régimen imperante en Austria, en el cual se oponía al principio de la mutualización del riesgo y abogaba por la no obligatoriedad de pagar seguridad social. Von Hayek deseaba que fueran "los fuertes", es decir, los ricos, quienes se opusieran al Estado. Sin embargo, esta postura pone en evidencia que Von Hayek no comprendía que en el liberalismo los ricos también se benefician del Estado para aumentar su fortuna.
En cuanto a Milei, ha estudiado en una universidad privada subvencionada por los impuestos de los contribuyentes argentinos. Durante el periodo dictatorial en Argentina, la teoría marginalista fue ampliamente difundida ya que era casi la única enseñable. Es por eso que no sorprende que Milei se declare seguidor de la "escuela austriaca".
El programa económico de Milei revela que solo ha adoptado el cierre del BCRA, una idea defendida por Murray Rothbard, otro polemista en economía. Sin embargo, ha abandonado esta idea debido a las consecuencias negativas que tendría para el sistema bancario. El resto de su programa consiste en propuestas ortodoxas del Consenso de Washington.
En resumen, la sobrevalorización de la economía en la esfera política ha llevado a la reivindicación de una teoría económica agotada como la escuela austríaca. Sin embargo, esta teoría carece de fundamentos sólidos y su aplicación en el programa económico de Milei podría llevar a una estanflación y una crisis económica en el país.