"La economía peruana enfrenta su primer año de crecimiento negativo en décadas: ¿Habrá soluciones para revertir la recesión?"
Después de diez meses de recesión, las cifras de crecimiento de septiembre vuelven a ser negativas, confirmando la prolongación de la situación económica actual en Perú. Esto sería histórico, ya que sería el primer año de crecimiento negativo desde los años noventa. Los efectos de la recesión se están sintiendo con una caída en los ingresos públicos y débiles indicadores del mercado laboral. Aunque se espera que la recesión se corrija por sí misma, debido a factores como la disminución de la inflación y la reducción de las tasas de interés, el verdadero problema radica en la erosión de los fundamentos de crecimiento y desarrollo del país. La inestabilidad política y la gestión pública ineficaz están dificultando un crecimiento sostenible a largo plazo. Es necesario implementar políticas que mejoren la productividad y la eficiencia económica, pero el principal obstáculo es una clase política oportunista y clientelista. Si no se toman medidas concretas para revertir esta situación, la economía peruana se quedará estancada y se necesita un cambio positivo para promover un crecimiento sólido y sostenible a largo plazo.
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Después de diez meses de recesión, las cifras de crecimiento de septiembre vuelven a mostrar números negativos, confirmando la prolongación de la situación económica actual. Esto sería histórico, ya que sería el primer año de crecimiento negativo desde los años noventa, algo a lo que la mayoría de los peruanos no están acostumbrados. Los efectos de la recesión ya se están notando, con una importante caída de los ingresos públicos y débiles indicadores del mercado laboral. A esto se suman las expectativas empresariales y de confianza del consumidor, que continúan en terreno pesimista.
Sin embargo, es poco probable que la recesión se extienda por varios meses más. Aunque la situación económica se ha deteriorado en los últimos meses, las recesiones suelen ser autocorrectivas. Además, se espera que factores como la disminución de la tasa de inflación y la reducción de las tasas de interés del Banco Central de Reserva, junto con estímulos transitorios de política fiscal, ayuden a retomar un crecimiento aunque sea débil y frágil. A pesar de esto, el verdadero problema radica en que los fundamentos de crecimiento y desarrollo del país se están erosionando cada vez más, lo que dificulta un crecimiento sostenible a largo plazo. La inestabilidad política, la falta de reformas y la gestión pública ineficaz son parte de la explicación de esta situación.
La situación actual se asemeja cada vez más a la de fines de los años noventa, cuando la economía peruana dependía del superciclo de materias primas para salir del estancamiento. Sin embargo, en la actualidad, los precios de las materias primas ya están en niveles altos, por lo que es poco probable que un factor externo nos saque del marasmo económico. Es necesario implementar políticas de oferta que cierren brechas de capacidades y productividad, así como mejorar las estructuras que obstaculizan la eficiencia económica. Sin embargo, el principal obstáculo para lograr cualquier cambio positivo es el retroceso institucional derivado de una clase política oportunista y clientelista que no representa los intereses de la mayoría de los peruanos.
La pregunta que queda en el aire es si la clase política entenderá y estará a la altura de los retos que enfrentamos. Si no se generan condiciones favorables para atraer inversión privada, la economía peruana quedará estancada. Es necesario que se tomen medidas concretas para revertir esta situación y promover un crecimiento sólido y sostenible a largo plazo.