Europa avanza en el control del etiquetado sostenible: ¿Adiós al "greenwashing" y más transparencia para los consumidores?
Europa avanza hacia un etiquetado sostenible de productos, ya que el 68% de los consumidores estaría dispuesto a pagar más por productos sostenibles, y el 28% ha dejado de comprar marcas que no cumplen con valores éticos o de sostenibilidad. Sin embargo, solo el 6% de los consumidores confía en las medidas de sostenibilidad de las grandes superficies, por lo que la Comisión Europea ha propuesto una Directiva para garantizar información fiable, comparable y verificable sobre los productos. Esta "Directiva de Reclamaciones Verdes" establece requisitos como basar las declaraciones en evidencia científica y someterse a verificación externa. Además de beneficiar a las empresas, esto simplificará la evaluación del impacto ambiental y reducirá riesgos reputacionales y legales. Estas regulaciones también se están implementando a nivel nacional en países como Reino Unido, Francia y Estados Unidos, lo que hace fundamental que las empresas estén preparadas para medir y gestionar su sostenibilidad rigurosamente.
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar
asesoramiento y
gestión comercial en el ámbito de seguros y
reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Europa está dando pasos importantes en el control del etiquetado sostenible de los productos. Según un estudio reciente, el 68% de los consumidores estaría dispuesto a pagar más por productos sostenibles, y el 28% ya ha dejado de comprar marcas que no cumplen con valores éticos o de sostenibilidad.
Sin embargo, solo el 6% de los consumidores confía en las medidas de sostenibilidad de las grandes superficies de distribución. Esto ha llevado a la Comisión Europea a adoptar una propuesta de Directiva para garantizar que los consumidores reciban información fiable, comparable y verificable sobre los productos que consumen, evitando así el "greenwashing".
Se espera que esta "Green Claims Directive" sea aprobada en el primer trimestre de 2024, y establece requisitos como basar las declaraciones en evidencia científica, demostrar la relevancia de los impactos anunciados y su comparación con estándares sectoriales, y someterse a verificación por un auditor externo. Esto no solo beneficiará a las empresas al capitalizar la demanda de productos sostenibles, sino que también simplificará la evaluación del impacto medioambiental y reducirá riesgos reputacionales y legales.
Estas regulaciones también se están implementando a nivel nacional en países como Reino Unido, Francia y Estados Unidos. Es fundamental que las empresas estén preparadas para medir y gestionar su sostenibilidad de manera rigurosa, ya que esto marcará la diferencia en un mercado en el que los consumidores cada vez valoran más aspectos sostenibles al tomar decisiones de compra. La gestión medioambiental se consolida como una oportunidad para ser líderes en el consumo responsable.