El crecimiento económico de China en riesgo: el desequilibrio entre la inversión y el consumo podría ser problemático para la economía global.
Los responsables de la política china se enfrentan al desafío de si los niveles excesivos de deuda del país obstaculizarán su crecimiento económico sostenido. Sin embargo, el enfoque no debe limitarse únicamente a los factores internos, sino también a las restricciones externas. Los niveles de inversión en China son significativamente más altos en comparación con otras economías, con la inversión representando el 43% de su PIB el año pasado, mientras que el consumo solo representa el 54%. Este desequilibrio genera preocupaciones, especialmente si China continúa dependiendo en gran medida del crecimiento impulsado por la inversión. Si China mantiene su actual trayectoria de crecimiento, su participación en el PIB y la inversión global aumentaría, lo que podría resultar en un exceso de oferta en comparación con la demanda. China necesita reestructurar su economía y priorizar el consumo interno para sostener su crecimiento.
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Los formuladores de políticas chinos están lidiando con la pregunta de si los niveles excesivos de deuda obstaculizarán la capacidad del país para mantener sus altos niveles de crecimiento económico. Sin embargo, no solo deben considerar factores internos. Las restricciones externas son igualmente importantes, pero a menudo se pasan por alto y se comprenden mal.
Aquí está el asunto: a nivel mundial, la inversión representa alrededor del 24% del producto interno bruto (PIB), mientras que el consumo representa el 76% restante. En la mayoría de las economías, la inversión rara vez supera el 32-34% del PIB, excepto en períodos cortos de tiempo. China, por otro lado, es una excepción extrema. La inversión representó un asombroso 43% de su PIB el año pasado y ha superado consistentemente el 40% en las últimas tres décadas. Mientras tanto, el consumo representa solo el 54% del PIB de China.
En términos más simples, mientras China contribuye con el 18% al PIB mundial, solo representa el 13% del consumo mundial. Sorprendentemente, representa un asombroso 32% de la inversión mundial. Esencialmente, cada dólar de inversión en la economía mundial se equilibra con $3.2 dólares de consumo, excepto en China, donde es solo $1.3. Este desequilibrio es motivo de preocupación, especialmente si China continúa dependiendo en gran medida del crecimiento impulsado por la inversión.
Si China mantiene su camino de crecimiento actual, creciendo a un promedio del 4-5% anual durante la próxima década, su participación en el PIB mundial aumentaría al 21%, mientras que su participación en la inversión mundial se dispararía al 37%. El resto del mundo tendría que reducir su participación de inversión en el PIB en un punto porcentual anual para acomodar la expansión de China. Sin embargo, es poco probable que esta adaptación ocurra, ya que otras economías importantes como Estados Unidos, India y la Unión Europea han expresado su intención de aumentar la inversión en sus propias economías. Sin este ajuste, la mayor participación de China en la inversión mundial podría resultar en un exceso de oferta en comparación con la demanda, lo que sería particularmente desafiante para las economías de bajo consumo.
Además, China ha estado desviando su inversión del sector inmobiliario hacia la manufactura desde 2021. Si bien la inversión en el sector inmobiliario ha disminuido, la inversión total se ha mantenido estable debido al aumento de la inversión en la industria y la manufactura. Esto ha llevado a un aumento en la participación del sector manufacturero en el PIB de China, que actualmente se sitúa en el 27%, más alto que cualquier otro país importante. Si China continúa dependiendo de la manufactura como su principal fuente de crecimiento, su participación en la manufactura mundial aumentaría del 30% al 37% en la próxima década. Sin embargo, para que el resto del mundo absorba este aumento, requeriría una disminución en su propia participación de manufactura en el PIB.
La conclusión es que China no puede mantener su alto crecimiento económico sin una reestructuración significativa. Necesita reducir su dependencia de la inversión y la manufactura y centrarse en aumentar el consumo interno. Sin este cambio, la economía mundial tendrá dificultades para acomodar un mayor crecimiento chino. Entonces, si China quiere muchos más años de alto crecimiento, necesita hacer algunos cambios importantes en su modelo económico.