Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
La recaudación de impuestos en Perú ha experimentado una notable desaceleración durante el mes de julio, marcando una disminución del 3.5%. Este descenso representa la mayor caída en un periodo de 15 meses, lo que ha generado preocupación entre economistas, funcionarios y analistas del sector. Sin embargo, a pesar de esta reducción en la recaudación, se ha observado un incremento en los tributos que los trabajadores deben pagar, lo que sugiere una dinámica compleja que requiere un análisis más profundo. En la misma línea, los datos revelan que los pagos del Impuesto a la Renta por parte de inversionistas extranjeros han aumentado en un 31% en los primeros siete meses del año, impulsados principalmente por la venta de acciones de empresas que operan en el país. Este fenómeno podría indicar que, a pesar de la caída general en la recaudación, ciertos sectores del mercado siguen siendo atractivos para los inversores foráneos. Luis Miguel Castilla, Ministro de Economía, subrayó que no se debe entrar en pánico ante un único dato y que el supuesto fin del "milagro peruano" es, en su opinión, "absolutamente falso". La situación del empleo también ha mostrado signos de recuperación, con la generación de aproximadamente 33,000 puestos de trabajo formales en el último trimestre, además de 195,600 empleos informales. Este crecimiento se ha visto principalmente en la costa, la sierra norte y centro, así como en la selva, lo que sugiere que la economía tiene capacidad para reponerse tras las dificultades enfrentadas en meses anteriores. En términos de crecimiento económico, se reportó un aumento del 2.62% en junio, y el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) anticipa que el desempeño en julio será aún mejor. A pesar de las fluctuaciones en la recaudación, se ha notado un incremento en el ingreso por trabajo en los últimos 12 meses, que ha crecido en S/ 35.8. Este aumento, aunque modesto, muestra que muchos trabajadores están viendo una mejora real en sus condiciones laborales y salariales. Sin embargo, la incertidumbre económica persiste, y la capacidad del gobierno para implementar políticas efectivas será crucial en los próximos meses. En otro ámbito, la Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral (SUNAFIL) está buscando una manera de financiar sus operaciones a través de la recaudación de multas. La entidad tiene como objetivo formalizar a 348,000 trabajadores durante el año y planea incrementar su plantilla de inspectores a 1,000 para el 2024. Hasta la fecha, SUNAFIL ha llevado a cabo 45,520 inspecciones y ha impuesto multas que suman S/448'290,681 en distintas instancias. El enfoque de SUNAFIL en la formalización del trabajo es fundamental, no solo para proteger los derechos de los trabajadores, sino también para aumentar la base tributaria del país. La formalización del empleo podría ser una vía para mitigar la caída en la recaudación observada, al construir un sistema laboral más robusto y menos susceptible a la evasión fiscal. La asociación entre la formalización del trabajo y la recaudación de impuestos es innegable y será fundamental para el futuro económico del país. La situación actual del Perú plantea un desafío significativo para el gobierno y las autoridades económicas. La combinación de una recaudación tributaria en declive y un crecimiento en la inversión extranjera podría resultar en un escenario contradictorio que requerirá políticas contracíclicas efectivas para estabilizar la economía. La implementación de medidas adecuadas podría ayudar a revertir la caída en la recaudación y asegurar que el crecimiento económico se mantenga en un camino positivo. En este contexto, es vital que se generen diálogos abiertos entre el gobierno, los empresarios y los trabajadores. Solo a través de la colaboración y el entendimiento mutuo se podrán diseñar estrategias que no solo aborden la caída en la recaudación de impuestos, sino que también fortalezcan el tejido económico del país. La adaptabilidad y la innovación serán clave en este proceso, y el papel de las instituciones será determinante para facilitar el cambio. La economía peruana enfrenta desafíos y oportunidades en este nuevo contexto, y la respuesta a estos factores será crucial para el futuro del país. Con una mirada optimista pero realista, el camino hacia adelante exige un compromiso colectivo para construir un Perú más fuerte, resiliente y próspero.