¿Está realmente el mundo preparado para la transición lejos de los combustibles fósiles?
¿Está el mundo realmente preparado para alejarse de los combustibles fósiles? La reciente cumbre climática COP28 en Dubái parecía implicar que sí, al pedir una transición lejos del petróleo, el carbón y el gas. Sin embargo, los críticos argumentan que el acuerdo no toma las acciones necesarias para eliminar gradualmente estos combustibles. Y la realidad en el terreno respalda este escepticismo. A pesar de la retórica, la producción de petróleo de Estados Unidos está en niveles récord, India planea duplicar su producción de carbón y el Reino Unido está emitiendo nuevas licencias de perforación. Incluso las principales compañías petroleras están haciendo acuerdos para adquirir productores de petróleo de esquisto, lo que sugiere que creen que la demanda de combustibles fósiles seguirá siendo sólida. Si bien algunos países se han comprometido con la energía renovable, las inversiones de la industria del petróleo y el gas en proyectos de energía limpia siguen siendo mínimas. Según la Agencia Internacional de Energía, solo el 2,5% del gasto de capital de la industria se destinó a proyectos de energía limpia el año pasado, lejos del 50% recomendado para 2030 para limitar el calentamiento global. Está claro que el lenguaje y los objetivos del acuerdo COP28 no se alinean con las acciones de la industria de los combustibles fósiles. El acuerdo reconoce la necesidad de una transición, pero no exige la eliminación gradual de los combustibles fósiles. Incluso países productores de petróleo como Arabia Saudita dan la bienvenida al acuerdo, sugiriendo que no afectará significativamente sus exportaciones. Esta brecha entre la retórica y la acción resalta los desafíos de alejarse de los combustibles fósiles y la influencia continua de la industria. A medida que el mundo enfrenta la crisis climática, queda por ver si las cumbres climáticas individuales pueden lograr la transformación necesaria.
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¿Está realmente preparado el mundo para hacer la transición lejos de los combustibles fósiles? La reciente cumbre climática COP28 en Dubái parecía sugerirlo con su llamado a "hacer la transición lejos de los combustibles fósiles". Sin embargo, los críticos argumentan que el acuerdo no cumple con las acciones necesarias para eliminar gradualmente el petróleo, el carbón y el gas. La realidad sobre el terreno respalda este escepticismo. La producción de petróleo de Estados Unidos está en niveles récord, India planea duplicar su producción de carbón para 2030 y el Reino Unido está emitiendo nuevas licencias de perforación en el Mar del Norte. Además, las grandes compañías petroleras como ExxonMobil, Chevron y Occidental Petroleum han estado realizando acuerdos multimillonarios para adquirir productores de petróleo de esquisto, lo que indica su creencia en una demanda continuamente robusta de combustibles fósiles.
Si bien algunos países han hecho compromisos con la energía renovable, las inversiones de la industria del petróleo y el gas en proyectos de energía limpia siguen siendo mínimas. Según la Agencia Internacional de Energía (AIE), la industria solo invirtió alrededor del 2.5% de su gasto de capital total en proyectos de energía limpia el año pasado. Para limitar el calentamiento global a 1.5 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales, la AIE sugiere que esta proporción debería aumentar al 50% para 2030. Sin embargo, los acuerdos recientes y los patrones de inversión muestran pocas indicaciones de que las empresas de petróleo y gas estén listas para cambios tan radicales. Incluso las grandes petroleras de Europa, como Shell y BP, que tienen un mejor historial de inversión en energías renovables, siguen asignando miles de millones hacia los combustibles fósiles.
La realidad es que el lenguaje y los objetivos del acuerdo de la COP28 no se alinean con las acciones de la industria de los combustibles fósiles. Si bien el acuerdo reconoce la necesidad de una transición, no exige la eliminación gradual de los combustibles fósiles. Incluso países productores de petróleo y gas como Arabia Saudita, el mayor exportador de petróleo del mundo, están dando la bienvenida al acuerdo, sugiriendo que no afectará significativamente sus exportaciones de hidrocarburos. La brecha entre la retórica y la acción subraya los desafíos de alejarse de los combustibles fósiles y la influencia que la industria aún ejerce en el moldeo del futuro. Mientras el mundo lidia con la crisis climática, queda por ver si la transformación sistémica necesaria de la industria de los combustibles fósiles se puede lograr a través de cumbres climáticas individuales o si se requiere un enfoque más integral.