El gobierno saliente deja una pesada herencia económica para el próximo presidente: caída del PBI, inflación alta y reservas negativas en el Banco Central.
El gobierno saliente de Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa deja una pesada herencia económica para el próximo presidente. A lo largo de cuatro años, el país ha experimentado una caída en el producto bruto interno, una inflación cercana al 150%, dificultades para acceder a los mercados internacionales de deuda y una disminución del poder adquisitivo de los ciudadanos. Además, el Banco Central se encuentra con reservas negativas y el Estado tiene un déficit primario sin financiamiento. El próximo presidente, Javier Milei, hereda una economía sumamente vulnerable pero con solución. Sin embargo, se enfrenta a un Banco Central quebrado, con reservas negativas sin precedentes, lo que pone al país en riesgo de hiperinflación y default externo. Además, el déficit fiscal primario de casi 3% del PBI no tiene acceso a financiamiento y reducirlo implica recortar el gasto corriente en un 15%, lo que tendría un costo político y social. El país tendrá que enviar señales de estabilización y corrección de las distorsiones macroeconómicas para poder refinanciar los vencimientos de deuda en los mercados internacionales en 2025. En resumen, el próximo gobierno enfrenta desafíos económicos importantes
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El gobierno saliente de Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa deja una pesada herencia económica para el próximo presidente. A lo largo de cuatro años, el país ha experimentado una caída en el producto bruto interno, una inflación cercana al 150%, dificultades para acceder a los mercados internacionales de deuda y una disminución del poder adquisitivo de los ciudadanos. Además, el Banco Central se encuentra con reservas negativas y el Estado tiene un déficit primario sin financiamiento.
Durante su mandato, el gobierno se enfrentó a la pandemia, una guerra y una sequía, lo que afectó las cuentas fiscales y externas del país. Sin embargo, las medidas económicas tomadas no fueron suficientes para amortiguar los impactos negativos. La Argentina no ha logrado volver al nivel de gasto anterior a la crisis del Covid, a diferencia de otros países de la región. Además, el retraso en el valor del dólar ha generado escasez de reservas en el Banco Central.
El próximo presidente, Javier Milei, hereda una economía sumamente vulnerable pero con solución. Sin embargo, se enfrenta a un Banco Central quebrado, con reservas negativas sin precedentes, lo que pone al país en riesgo de hiperinflación y default externo. Además, el déficit fiscal primario de casi 3% del PBI no tiene acceso a financiamiento y reducirlo implica recortar el gasto corriente en un 15%, lo que tendría un costo político y social.
Otras herencias del gobierno saliente incluyen el atraso del tipo de cambio real y la distorsión de los precios relativos en distintos sectores. Estas distorsiones se hacen evidentes en el fuerte aumento de los precios de prendas de vestir y calzado en comparación con las tarifas de agua, gas y electricidad. Además, la elevada pobreza y la inercia inflacionaria dificultan la estabilización y unificación cambiaria.
La Argentina tendrá que enviar señales de estabilización y corrección de las distorsiones macroeconómicas para poder refinanciar los vencimientos de deuda en los mercados internacionales en 2025. En resumen, el próximo gobierno enfrenta desafíos económicos importantes y una herencia pesada que requerirá medidas contundentes y consensos para lograr la estabilización y el crecimiento del país.