Seis nuevos países se unirán a los BRICS, desafiando a Occidente y buscando una mayor influencia económica.
Seis nuevos países se unirán a los BRICS, la agrupación económica conformada por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Argentina, Egipto, Etiopía, Irán, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos se unirán al grupo a partir de enero de 2024, según lo decidido en la reciente cumbre. Esta expansión tiene el potencial de tener repercusiones significativas que Occidente no puede ignorar.
Los BRICS, que antes tenían dificultades para cooperar entre ellos, ahora están reclutando más socios, ya que más de 40 países están interesados en unirse al grupo. Esto se debe, en parte, a las sanciones impuestas a Rusia y China, lo que ha llevado a ambos países a buscar reducir su dependencia de las economías occidentales.
Si bien los BRICS no han tenido un gran impacto en el comercio mundial hasta ahora, la expansión del grupo les brinda la oportunidad de tener una voz más poderosa en asuntos como el clima y los sistemas financieros mundiales. Además, los nuevos miembros tienen la oportunidad de diversificar sus oportunidades de negocio y depender menos de los países occidentales y sus normas comerciales.
Aunque se plantea la implementación de una moneda común para los BRICS, esto presenta desafíos significativos debido a la diversidad geográfica y económica de los países miembros. Sin embargo, es más probable que aumente el comercio bilateral y la liquidación en monedas bilaterales.
La expansión de los BRICS y su creciente influencia económica plantea desafíos y oportunidades para Occidente. Los próximos meses revelarán más sobre los retos y potencia
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Seis nuevos países están a punto de unirse a los BRICS, la agrupación económica formada por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Esta decisión fue tomada en la reciente cumbre del grupo y, a partir de enero de 2024, Argentina, Egipto, Etiopía, Irán, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos se unirán a los BRICS. Esta expansión del grupo tiene el potencial de tener repercusiones significativas que Occidente no puede ignorar.
Los BRICS, que antes no tenían un propósito claro y enfrentaban dificultades para cooperar entre ellos, ahora están reclutando socios. Además de los nuevos miembros, más de 40 países están interesados en unirse al grupo. Esto se debe en parte a las sanciones impuestas a Rusia y China en los últimos 18 meses, lo que ha llevado a Moscú y Pekín a buscar reducir su dependencia de las economías occidentales.
Si bien los BRICS no han tenido un gran impacto en el comercio mundial hasta ahora, la expansión del grupo les brinda la oportunidad de tener una voz más poderosa en asuntos como la gestión del clima y el control de los sistemas financieros mundiales. Además, los nuevos miembros tienen la oportunidad de diversificar sus oportunidades de negocio y depender menos de los países occidentales y sus normas comerciales.
Una de las cuestiones que se plantea es la implementación de una moneda común para los BRICS. Sin embargo, esto presenta desafíos significativos debido a la diversidad geográfica y económica de los países miembros. Aunque es más probable que aumente el comercio bilateral y la liquidación en monedas bilaterales.
En general, la expansión de los BRICS y su creciente influencia económica plantea desafíos y oportunidades para Occidente. Los próximos meses revelarán más sobre los retos y potenciales que el grupo aportará hasta la próxima cumbre, que se llevará a cabo en Kazán en octubre de 2024.