
Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.




La industria de los seguros, tradicionalmente basada en la estabilidad y el análisis actuarial, está viviendo una transformación sin precedentes en 2025. En un entorno donde la evolución del cliente y la presión competitiva son cada vez más evidentes, la inteligencia artificial (IA) se ha convertido en un elemento clave que redefine cómo las aseguradoras operan y se relacionan con sus clientes. A medida que la tecnología avanza, surge la cuestión no solo sobre si la IA transformará el sector, sino sobre quiénes serán capaces de aprovechar esta herramienta de manera efectiva y responsable.
La IA no solo promete mejoras en la eficiencia y la rapidez, sino que también aporta un nuevo nivel de empatía y personalización en la interacción con los clientes. Hoy en día, las empresas pueden automatizar procesos que antes requerían el juicio humano, como la evaluación de siniestros y la detección de fraudes. Un sistema de IA tiene la capacidad de analizar imágenes y datos en cuestión de minutos, proporcionando un nivel de precisión que supera al de un analista humano promedio. Este tipo de avance no solo optimiza la eficiencia operativa, sino que también responde a la demanda de consumidores que buscan experiencias rápidas y fluidas.
Sin embargo, muchos líderes del sector en América Latina aún ven la IA como una simple herramienta adicional. Esta perspectiva es errónea, pues la adopción de IA requiere una transformación estructural completa. Las aseguradoras deben rediseñar completamente sus procesos operativos, como los reclamos y la atención al cliente, desde una visión transversal que integre la tecnología en todas las áreas. La experiencia de Aviva, una aseguradora del Reino Unido, ilustra esta necesidad. Al implementar más de 80 modelos de IA en su gestión de reclamos, logró una reducción en el tiempo de atención de casos complejos y una disminución significativa en las quejas, lo que se tradujo en ahorros millonarios.
En América Latina, muchas aseguradoras todavía se encuentran en una fase piloto, con iniciativas dispersas que rara vez generan un impacto sostenible. Para generar verdadero valor, las compañías deben transformar completamente sus dominios operativos en lugar de implementar cambios aislados. Ser una aseguradora "AI-native" implica poseer un liderazgo firme, una hoja de ruta clara y una ejecución disciplinada, capaz de alinear a la alta dirección en torno a una visión que no solo busque mejorar la eficiencia, sino que también tenga un impacto financiero medible.
El talento humano se convierte en un diferenciador clave en este nuevo panorama. Las empresas más avanzadas han concentrado hasta el 80% de sus capacidades digitales internamente, lo que requiere la atracción de perfiles especializados y la formación de habilidades avanzadas. Asimismo, deben adaptar sus modelos de gestión para que humanos e IA colaboren de manera sinérgica.
La evolución de la arquitectura operativa también es fundamental. La adopción de modelos ágiles y escalables permitirá a las aseguradoras romper con viejas estructuras que limitan la colaboración y la innovación. La tecnología debe facilitar la velocidad y la flexibilidad, apoyándose en agentes inteligentes. Sin embargo, esto solo será posible si las compañías cuentan con una base de datos robusta, que trate la información como un activo estratégico y garantice su disponibilidad en tiempo real.
No obstante, la adopción cultural en el uso de la IA es tan importante como la tecnología misma. Para que la integración sea exitosa, los equipos deben incorporar esta nueva herramienta en su trabajo diario. Las aseguradoras que inviertan en capacitación y en la promoción de una cultura de innovación estarán mejor posicionadas para aprovechar las ventajas que la IA ofrece.
El mensaje es claro: la adopción estratégica de la inteligencia artificial se convertirá en una ventaja competitiva crucial. Las aseguradoras que actúen con decisión y rapidez capturarán un valor significativo en un mercado cada vez más competitivo. Por otro lado, aquellas que se queden rezagadas corren el riesgo de ser superadas por competidores que ya operan desde una base digital sólida.
Afortunadamente, América Latina y Perú cuentan con un ecosistema asegurador vibrante, repleto de talento y con una cultura digital en expansión. La oportunidad está sobre la mesa, y el tiempo es esencial. Las aseguradoras deben tomar la iniciativa, no solo para adaptarse a la era de la IA, sino para liderar en un sector que está en plena transformación.
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