Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Seguros 24.03.2024
El seguro del coche se ha convertido en un dolor de cabeza para muchos conductores en los últimos tiempos. Las aseguradoras, tras años de mantener precios estables debido a la competencia, se han visto afectadas por la inflación de costes, lo que ha llevado a un cambio de estrategia en el sector.
Ya no se trata tanto de crecer en número de clientes, sino de subir precios y retener únicamente a aquellos conductores que representen menos riesgos y siniestralidad para las compañías. Esto se traduce en cancelaciones de pólizas y aumentos significativos en las primas, incluso para aquellos conductores considerados buenos y que, en teoría, deberían beneficiarse de bonificaciones por su historial intachable.
Un ejemplo reciente de esta nueva tendencia es el caso de Mutua Madrileña, que ha sorprendido a algunos de sus clientes al comunicarles que no renovarán sus pólizas debido a una supuesta desproporción entre el precio del seguro, los riesgos asegurados y la siniestralidad. Este cambio de rumbo en las aseguradoras ha generado preocupación entre los conductores, que ven cómo un gasto importante como es el seguro del coche se encarece de manera significativa.
La inflación de costes en el sector, especialmente en lo que se refiere a reparaciones en talleres, ha impactado en los márgenes de las aseguradoras, que buscan ahora ajustar sus precios para garantizar su rentabilidad. Esto se traduce en subidas de precios generalizadas, que afectan tanto a renovaciones como a nuevas contrataciones de pólizas.
Los conductores, que ya se enfrentan a un incremento del precio del seguro del 6% interanual según datos del INE, están viendo cómo sus opciones se reducen y cómo las compañías se muestran más exigentes a la hora de aceptar nuevos clientes. Es cada vez más común que las aseguradoras endurezcan los criterios de contratación, llegando incluso a cerrar las puertas a ciertos perfiles, como los conductores jóvenes o aquellos con historial de siniestros.
Ante esta situación, muchos conductores se están viendo obligados a replantear sus opciones de aseguramiento, optando por franquicias o coberturas más limitadas con el fin de reducir el impacto en sus bolsillos. A pesar de la falta de rotación en el sector debido a la generalización de las subidas de precios, los cambios en el mix del seguro son evidentes, con una mayor inclinación hacia opciones más económicas en respuesta a los crecientes costes.
En definitiva, el panorama del seguro del coche se ha tornado más complicado para los conductores, que deben sopesar entre pagar más por mantener su póliza actual o buscar alternativas más asequibles, pero con potenciales limitaciones en coberturas. La competencia en el sector se ha transformado en una lucha por la rentabilidad, dejando a los clientes en medio de un escenario de incertidumbre y ajustes en sus presupuestos familiares.
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