Las presas envejecidas de Nevada enfrentan urgentemente mejoras ante el aumento de preocupaciones por la actividad sísmica.

Las presas envejecidas de Nevada enfrentan urgentemente mejoras ante el aumento de preocupaciones por la actividad sísmica.

Los recientes terremotos en Nevada destacan la urgente necesidad de modernizar las presas envejecidas, muchas de las cuales están clasificadas como de alto riesgo, lo que representa peligros para la vida y la infraestructura.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Nevada no es ajena a los riesgos asociados con la actividad sísmica, y los eventos recientes han reavivado las preocupaciones sobre la seguridad de las presas del estado. Con más de 600 presas bajo supervisión estatal, una cuarta parte se clasifica como de alto riesgo, lo que representa amenazas potenciales para vidas e infraestructuras en caso de fallo. A medida que el estado lidia con desafíos ambientales más inmediatos como la sequía y el cambio climático, los recientes temblores sirven como recordatorios contundentes de las vulnerabilidades inherentes a la infraestructura envejecida de Nevada. Históricamente, Nevada ha sido conocido por su actividad sísmica, especialmente a mediados del siglo XX. Aunque los terremotos importantes han sido escasos desde entonces, los recientes temblores han llamado la atención sobre los riesgos que representan. Por ejemplo, un terremoto de magnitud 7.0 frente a la costa de California causó alteraciones notables en el Valle de la Muerte, mientras que un terremoto de magnitud 5.8 cerca de Yerington sacudió objetos en el norte de Nevada. Afortunadamente, estos temblores no resultaron en daños significativos, pero destacaron los peligros potenciales que acechan bajo la superficie. A medida que los funcionarios estatales reflexionan sobre las implicaciones de estos recientes terremotos, reconocen la urgente necesidad de reforzar las presas envejecidas, particularmente aquellas construidas mucho antes de que se establecieran los estándares de ingeniería modernos. Muchas de estas presas, principalmente construidas de tierra y materiales naturales, son susceptibles a daños significativos durante eventos sísmicos. Keith Conrad, jefe de seguridad de presas en la División de Recursos Hídricos de Nevada, subraya la naturaleza crítica de estas mejoras, especialmente a medida que la historia sísmica de Nevada continúa desarrollándose con el descubrimiento de nuevas fallas. Un proyecto significativo que se encuentra en marcha es la modernización sísmica de la presa del Lago Marlette, que tiene más de 150 años. Esta presa se considera de alto riesgo debido a su antigüedad y ubicación en un área sísmicamente activa. Su fallo podría provocar inundaciones devastadoras y contaminación del agua, afectando a decenas de miles de residentes. El enfoque proactivo del estado, respaldado por fondos federales, tiene como objetivo mitigar estos riesgos y garantizar la integridad de los sistemas de suministro de agua vitales. La urgencia de estas mejoras se subraya aún más por el ranking de Nevada, que ocupa el tercer lugar en la nación por la frecuencia de grandes terremotos en los últimos 150 años. El potencial para eventos sísmicos significativos, particularmente en áreas urbanas como Reno y Las Vegas, representa un riesgo considerable, como lo destaca Christie Rowe, directora del Laboratorio Sismológico de Nevada. Ella enfatiza que, aunque los recientes terremotos han evitado áreas densamente pobladas, el potencial de consecuencias catastróficas sigue presente. La necesidad de medidas de seguridad mejoradas se refleja en informes que evalúan el estado de las presas de Nevada, que han recibido calificaciones bajas por su integridad estructural. Con casi una cuarta parte de las presas monitoreadas por el estado clasificadas como de alto riesgo, la importancia de las inspecciones continuas y los planes de acción de emergencia no puede ser subestimada. Aunque Nevada no ha enfrentado una declaración de emergencia federal debido a un fallo de presa, la historia de incidentes anteriores sirve como una advertencia. A medida que el estado avanza con las mejoras necesarias, la presa del Lago Marlette está programada para ser actualizada y reducir la probabilidad de una ruptura, lo que podría tener efectos desastrosos río abajo. Este proyecto, entre otros, tiene como objetivo no solo fortalecer el suministro de agua del estado, sino también aumentar la resiliencia de las comunidades y mantener servicios esenciales durante eventos sísmicos. Si bien las amenazas ambientales más inmediatas pueden ser más prominentes en la conciencia pública, los recientes terremotos han servido como un recordatorio crítico de la interconexión entre la seguridad de la infraestructura y la resiliencia comunitaria. A medida que Nevada continúa enfrentando las realidades de su historia sísmica, las medidas proactivas serán esenciales para salvaguardar vidas y medios de subsistencia contra futuros temblores.

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