Meta elimina verificación de datos en un intento por acercarse a conservadores

Meta elimina verificación de datos en un intento por acercarse a conservadores

Meta elimina su programa de verificación de datos para fomentar la libertad de expresión, lo que podría facilitar la difusión de desinformación.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Política HACE 21 HORAS

En un movimiento que ha captado la atención de observadores y críticos por igual, Meta, la empresa matriz de Facebook e Instagram, ha decidido eliminar su programa de verificación de datos, una política instaurada hace ocho años con el objetivo de combatir la desinformación en sus plataformas. Esta decisión se produce en un contexto político en el que el expresidente Donald Trump ha regresado a la palestra, tras haber sido reelegido en noviembre. La medida parece ser un intento de Meta por reparar sus relaciones con los conservadores y alinearse con la nueva administración Trump. La revocación del programa de verificación de datos ha sido presentada por Meta como una forma de retomar sus raíces en torno a la libertad de expresión. Joel Kaplan, jefe de política global de Meta, ha expresado que la empresa se había alejado de sus valores esenciales y que las normas se habían vuelto excesivas y restrictivas. Esta postura sugiere un cambio radical en la forma en que la plataforma gestionará la información en el futuro, confiando en la capacidad de los usuarios para señalar y corregir publicaciones engañosas sin la intervención de terceros. Mark Zuckerberg, CEO de Meta, ha enfatizado que este nuevo enfoque, inspirado en el sistema de "Notas de la comunidad" de X (anteriormente Twitter), permitirá una mayor libertad de expresión, aunque advirtió que también podría resultar en un aumento de contenido problemático en la plataforma. Esta admisión de Zuckerberg resalta la complejidad del dilema al que se enfrenta la compañía: buscar un equilibrio entre la moderación de contenido y la libertad de expresión. Los movimientos de Meta coinciden con la reciente cena entre Zuckerberg y Trump en Mar-a-Lago, revelando un acercamiento entre la empresa y el ex presidente. Este tipo de interacciones refuerza la percepción de que Meta está dispuesta a ajustar sus políticas para evitar el descontento de una base política que ha criticado durante mucho tiempo las prácticas de moderación de la compañía. La decisión de Meta también se produce en un momento en que la administración Trump y sus aliados conservadores han expresado su descontento con las políticas de verificación de datos implementadas anteriormente. Desde el punto de vista de muchos en el espectro político conservador, estas políticas eran vistas como una forma de censura y una violación de la libertad de expresión, lo que ha llevado a Meta a buscar formas de mitigar estas preocupaciones. Además, se espera que la nueva política de Meta tenga implicaciones significativas. El hecho de que la compañía confíe en la comunidad para señalar desinformación podría dar lugar a un entorno en el que la desinformación se propague más fácilmente, lo que podría afectar la calidad de la información disponible para los usuarios de sus plataformas. La eliminación de restricciones sobre temas sensibles como la inmigración y el género también plantea interrogantes sobre cómo se gestionará el discurso en estas plataformas en el futuro. Las críticas a esta decisión no se han hecho esperar. Expertos en seguridad en línea y desinformación advierten sobre los riesgos de permitir que el contenido engañoso se viralice sin un control adecuado y la posibilidad de que esto socave la integridad de la información en línea. Las redes sociales ya han sido un terreno fértil para la difusión de noticias falsas, y el cambio de Meta podría exacerbar esta situación. Por otro lado, la estrategia de Meta podría considerarse un intento por parte de la compañía de reconquistar a una parte del electorado que se sintió alienada por las políticas anteriores. Las recientes donaciones de Meta para apoyar la toma de posesión de Trump y el ascenso de figuras cercanas al ex presidente en la estructura de la empresa reflejan una clara intención de estrechar lazos con la nueva administración. En este contexto, los movimientos de Meta pueden verse como un intento de llevar a cabo una política de "no censura", aunque no se puede ignorar que esto podría tener consecuencias imprevistas. Con una base de usuarios que abarca las más diversas ideologías, la empresa se enfrenta a la difícil tarea de gestionar las expectativas y reacciones de un público que podría no estar de acuerdo con su nueva dirección. A medida que Meta se adentra en este nuevo capítulo, será crucial observar cómo estos cambios impactan no solo en la experiencia del usuario, sino también en el discurso público y en la lucha contra la desinformación. La estrategia adoptada por la compañía no solo redefine su papel en el ámbito de las redes sociales, sino que también podría establecer un precedente para otras plataformas que se enfrentan a desafíos similares en un panorama político cada vez más polarizado.

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