
Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.




En un contexto electoral marcado por la confrontación y el intercambio de acusaciones, la crisis del fentanilo contaminado ha cobrado un protagonismo inesperado en la campaña. Las recientes muertes asociadas a este fenómeno han desatado una ola de reacciones entre los líderes políticos de Argentina, en particular entre el presidente Javier Milei y el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof. Ambos se han señalado mutuamente como responsables de las fallas en los controles que permitieron la circulación de este medicamento letal.
El gobernador Kicillof ha decidido tomar la iniciativa en medio de esta controversia, organizando un acto en Pilar con profesionales de la salud bajo el lema “La Fuerza de la Salud”. Este evento, programado para la tarde de hoy, tiene como objetivo no solo abordar la crisis sanitaria, sino también posicionar al gobierno provincial como un actor proactivo en la lucha contra el fentanilo. Kicillof destila un mensaje claro: “Fentanilo nunca más”. Este es un intento de neutralizar el lema “kirchnerismo nunca más” que ha resonado en los discursos de Milei y sus seguidores.
La situación se ha intensificado desde que Milei acusó al kirchnerismo de encubrir a los responsables de las muertes por el fentanilo contaminado. En su intervención, el presidente hizo referencia al empresario Ariel García Furfaro, quien se encuentra bajo custodia judicial y ha implicado a su exsocio Andrés Quinternos en un supuesto sabotaje. Estas acusaciones han avivado la controversia en un ambiente electoral ya de por sí polarizado, donde la misiva política se entrelaza con la urgencia de abordar una crisis sanitaria.
La respuesta del ministro de Salud de la provincia, Nicolás Kreplak, fue contundente. En un claro llamado a la responsabilidad, advirtió a Milei sobre la importancia de no desfinanciar la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología (Anmat), enfatizando que es esencial mantener y fortalecer los sistemas de control. Kreplak insistió en que la investigación judicial ha desnudado la falta de regulación y control, un punto que el gobierno provincial busca utilizar para reforzar su imagen ante la ciudadanía.
Los datos que emergen de la investigación son alarmantes. Se han identificado dos lotes de fentanilo contaminado, con miles de ampollas distribuidas entre hospitales y clínicas privadas. Análisis realizados en el Instituto Malbrán confirman que la producción de este medicamento estuvo plagada de “múltiples falencias”, lo cual plantea serias interrogantes sobre la calidad del control sanitario en el país. Las bacterias halladas en el fentanilo, como Klebsiella pneumoniae y Ralstonia mannitolilytica, han contribuido a un escenario trágico, con al menos 12 de las 16 muertes analizadas vinculadas a este producto.
La situación no solo ha puesto en jaque la salud pública, sino que también ha generado un clima de desconfianza hacia las instituciones de salud. La falta de inversión en regulación y control se convierte en un tema crucial, especialmente cuando se considera que el sistema de salud necesita recursos para evitar que episodios como este se repitan en el futuro. La conversación se aleja de lo meramente político para adentrarse en la necesidad urgente de proteger la salud de la población.
Mientras tanto, la campaña electoral sigue su curso, con cada bando buscando capitalizar la tragedia a su favor. El conocimiento público sobre los acontecimientos ha aumentado, pero también lo ha hecho la confusión. Los ciudadanos se enfrentan a un mar de información conflictiva y acusaciones que dificultan discernir quién es realmente responsable de la crisis.
En este clima de incertidumbre, el acto de Kicillof de hoy podría ser visto como un intento de recuperar el control de la narrativa, un intento por parte del gobernador de demostrar que su administración está dispuesta a enfrentar la crisis de frente, en lugar de esconderse tras los titulares. Sin embargo, los resultados de esta estrategia son inciertos en medio de un electorado cada vez más receptivo a las voces que claman por un cambio.
La lucha política por el control de la verdad en torno al fentanilo contaminado es un reflejo de las tensiones más amplias en la sociedad argentina. Los ciudadanos, cada vez más escépticos, demandan respuestas claras y soluciones efectivas, más allá de las disputas partidarias. El desafío para Kicillof y Milei radica en demostrar que no solo son capaces de señalar culpables, sino que también pueden ofrecer un futuro donde tragedias como la que se vive actualmente no se repitan.
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