El consumo de pescado reduce el riesgo de deterioro cognitivo, pero plantea desafíos ambientales

El consumo de pescado reduce el riesgo de deterioro cognitivo, pero plantea desafíos ambientales

Un estudio a 850 mil personas en todo el mundo reveló que su consumo regular podría disminuir el riesgo de padecer demencia y Alzheimer

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Salud 07.09.2024

Un reciente estudio internacional ha revelado que el consumo regular de pescado puede reducir el riesgo de deterioro cognitivo en un 30%. Este hallazgo proviene de una revisión exhaustiva de 35 estudios individuales que involucraron a aproximadamente 850,000 personas en todo el mundo. Los investigadores, procedentes de diversas partes del globo, como Oklahoma, Sudáfrica, Italia y China, encontraron que aquellos que consumían más pescado tenían menos probabilidades de sufrir deterioro cognitivo, demencia y enfermedad de Alzheimer.


El profesor Giuseppe Grosso, coautor del estudio y académico de ciencias biomédicas y biotecnológicas en la Universidad de Catania, explicó que la relación entre el consumo de pescado y la salud cognitiva aún no está completamente clara. Sin embargo, se sugiere que los ácidos grasos omega-3 presentes en pescados grasos como el salmón y la caballa podrían desempeñar un papel importante en este fenómeno. Según Grosso, también podrían influir los oligopeptidos bioactivos presentes en el pescado, que son compuestos de pocos aminoácidos y que ofrecen beneficios al cerebro.


A pesar de estos hallazgos prometedores, el estudio también advierte sobre una potencial crisis en el suministro de pescado a nivel mundial. Una investigación reciente publicada en la revista Science estima que las existencias de pescado son mucho más bajas de lo que se había pensado anteriormente. Graham Edgar, biólogo marino de la Universidad de Tasmania y autor principal del estudio, señala que muchas poblaciones de especies están sobreexplotadas y en un estado crítico que no había sido reportado con anterioridad.


Edgar argumenta que muchas de las recuperaciones de las existencias pesqueras, que se habían considerado exitosas, son en realidad ilusorias, refiriéndose a ellas como “recuperaciones fantasmas”. Su análisis abarcó datos de 230 existencias de pescado en diversas regiones del mundo, y se reveló que muchos stocks altamente gestionados siguen atrapados en la sobreexplotación, a pesar de los aparentes aumentos en biomasa en evaluaciones recientes.


En el Reino Unido, una iniciativa llamada Think Brain Health ha surgido como respuesta a la creciente preocupación por la salud cerebral. Alzheimer’s Research UK se ha asociado con John West, una de las principales marcas de mariscos, para promover esta campaña, que busca educar al público sobre la relación entre la dieta y el riesgo de demencia. La empresa donará aproximadamente 100,000 dólares para apoyar esta causa, que se presentará en 13 millones de paquetes vendidos en tiendas del Reino Unido.


La campaña Think Brain Health se basa en la premisa de que hasta un 40% de los casos de demencia podría estar relacionado con factores prevenibles. Sin embargo, una encuesta reciente reveló que solo el 30% de los británicos era consciente de que es posible reducir el riesgo de demencia a través de cambios en el estilo de vida. En este sentido, Alzheimer’s Research UK ha expresado la necesidad de aumentar la concienciación pública.


La iniciativa se estructura en tres pilares: ‘Mantente agudo’, ‘Mantente conectado’ y ‘Ama tu corazón’. El último pilar se relaciona directamente con la asociación con John West, dado que una alimentación equilibrada y saludable es fundamental tanto para la salud del corazón como para la del cerebro. La dieta mediterránea, que incluye un alto consumo de pescado, frutas, verduras, frutos secos y aceite de oliva, ha sido identificada como un patrón dietético que favorece la preservación de las habilidades cognitivas.


La Organización Mundial de la Salud (OMS) respalda la idea de que una dieta saludable puede ayudar a reducir el riesgo de deterioro cognitivo y demencia. Aunque la evidencia sigue desarrollándose, se ha comenzado a establecer un vínculo entre la dieta y la salud cerebral, lo que podría tener implicaciones significativas en la prevención de enfermedades neurodegenerativas.


Sin embargo, es vital que la comunidad científica continúe investigando cómo los omega-3, presentes en los pescados grasos, influyen en la salud del cerebro. Aunque los indicios son alentadores y la relación entre la dieta y la cognición se ha fortalecido, aún queda un largo camino por recorrer antes de que se logre una comprensión definitiva de cómo estos nutrientes pueden contribuir a la protección de la salud cerebral y a la disminución del riesgo de demencia.


En conclusión, mientras que el consumo de pescado y una dieta saludable emergen como elementos clave en la búsqueda de una mejor salud cognitiva, los desafíos relacionados con la sostenibilidad de la pesca deben abordarse urgentemente. La intersección entre la salud del cerebro y la salud del medio ambiente nunca ha sido tan evidente, y es fundamental que tanto los consumidores como los responsables políticos tomen medidas para garantizar un suministro de pescado que no solo beneficie la salud humana, sino que también preserve nuestros océanos para las generaciones futuras.

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